La ansiedad local protagonizó las primeras acciones del encuentro. Una tendencia que Burjanadze y Nevels se encargarían de castigar desde el perímetro (5-12). El habitual esfuerzo de Ovie Soko no lograba prender la intensidad de sus compañeros (11-18). Tampoco lo hizo el tiempo muerto de Sito Alonso. Fue la irrupción de Manu Lecomte la que asentaría el ataque murciano. El lanzamiento de media distancia del belga ajustó el marcador a la conclusión del cuarto (20-23).

La trascendencia del choque seguía amenazando la estabilidad de UCAM Murcia. Con Booker atascado en el 6.75 (0 de 7), Delteco encontraría nuevos espacios en la pintura (22-31). Sekulic y Burjanadze liderarían el desarme del small ball pimentonero. Además, el acierto exterior de los donostiarras no bajó del 50% en la primera mitad (6 de 12). Ni siquiera la presencia de Charlon Kloof conseguía desviar la puntería visitante (30-40). Kyle Hunt, capaz en el rebote y hábil con las manos, sumó bajo el aro y acercó a los suyos antes de alcanzar el túnel de vestuarios (34-40).

Ya en la reanudación, Burjanadze, Nevels y Rebec avanzaron con firmeza hacia la victoria (34-51). La manera en que uno y otro equipo gestionaba la presión estaba siendo una cuestión diferencial. En ese escenario, Soko y Rojas desplegaron la actitud necesaria para atraer el apoyo de la grada. Su lucha por el rebote ofensivo era la única molestia para GBC (40-53). Respetable pero insuficiente; la confianza de los vascos era desmedida. Dani Pérez volvía a golpear sobre la bocina (42-59). El último periodo solo serviría para dilucidar el average (14 puntos).

Con las cartas sobre la mesa, Lecomte y Hunt demostraban que eran los únicos con capacidad para aportar frescura al maltrecho estado anímico de los universitarios. En una situación límite, Alonso escuchó el susurro del público y dio entrada a Edu Durán en lugar de Milton Doyle. El inédito escolta madrileño anotó de tres en su primera intervención (54-63).

Valdeolmillos se apoyó entonces en Dani Pérez, que leyó la defensa rival para aprovechar la media distancia (55-69). La afrenta foránea no solo se hizo con el triunfo, si no que rozó la heroica conquista del average. La fortuna se alió finalmente con el cuadro anfitrión, que, tras un nefasto ataque, encontró clemencia en la última décima de partido gracias al desesperado triple de Charlon Kloof (61-74).