La pasada semana en las oficinas del Caja San Fernando se recibió una curiosa petición que demuestra hasta dónde puede llegar la afición al deporte y, en este caso concreto, al baloncesto y al equipo de la capital hispalense. Un grupo de militares españoles, que se reconocen “acérrimos seguidores del Caja”, se encuentra en misión internacional de paz en Afganistán formando parte de la Unidad de Transmisiones ISAF III. Ante las dificultades para seguir mínimamente el curso de la Liga ACB, han decidido mantener viva su afición organizando un pequeño campeonato entre militares de distintas nacionalidades (enfrentándose a italianos, griegos, alemanes, americanos, holandeses, entre otros), para lo cual han solicitado al Caja San Fernando una equipación de juego, ya que ni siquiera cuentan ahora mismo con ropa deportiva, y un balón, debido a que el que tienen no está en condiciones de botar demasiado. El club sevillano ha acogido con gran satisfacción el detalle y enviará el material solicitado para que este grupo de militares pueda practicar su deporte favorito en unas condiciones mínimas y para que la afición al baloncesto siga extendiéndose, incluso en condiciones de vida tan extremas.