Jornada 18 de la liga ACB. El Fuenlabrada juega su noveno partido en el Fernando Martín, y como de costumbre toca ver su mejor cara: victoria ante el Lagun Aro Bilbao por 74 a 61.
Si repasamos el partido de ida que los enfrentó a la escuadra de Vidorreta notamos el cambio sustancial del equipo naranja dependiendo de donde se disputen sus partidos. De hecho, la estadística no puede ser más clara: balance de 8-1 (sólo han caído ante el actual líder, el Real Madrid) en los partidos de casa y de 1-8 en los que se jugaron lejos de Fuenlabrada (victoria en Illumbe ante en Bruesa).
Aunque el influjo del Fernando Martín es muy notable debido a su animosa afición -un efecto conseguido en gran parte gracias a las peñas situadas prácticamente a pie de pista-, este hecho por sí mismo no explica el cambio que experimenta el equipo cuando se aleja de su pabellón.
“Es un fenómeno que merecer ser un caso de estudio de alguna Universidad de Psicología de alto standing“, decía Luis Casimiro fechas atrás medio en serio medio en broma, y es que ni cuando el equipo ha tenido que concentrarse al máximo -partido en Sevilla contra el Caja San Fernando con una plaza en juego-, se ha acercado al nivel que presenta como local.
Sólo Recker con sus dos mas uno, Rancik haciendo daño en la zona y Panko -que parecía no haber salido nunca del Lagun Aro- han inquietado la defensa fuenlabreña en el nudo del choque, pero las faltas técnicas y antideportivas cortaron el ritmo del conjunto que vestía de negro en el tercer cuarto y con él toda opción de remontada.
“Si tuvieramos que ganar la mitad de los partidos de la temporada, elegiría ganar los de casa, por la afición“, dijo Casimiro al principio de la temporada… y este deseo lleva camino de ajustarse mucho a la realidad.