Blusens Monbus ha obtenido el premio a su paciencia, constancia y trabajo. A pesar de estar siempre haciendo equilibrios en la cuerda floja de la zona baja de la tabla, en los despachos del equipo gallego se siguió mostrando total confianza en el proyecto de Moncho Fernández. Y al final los frutos llegaron. Sin fichajes mediáticos, sin revoluciones en la plantilla o en el banquillo. Con el mismo grupo con el que se comenzó la temporada, Blusens Monbus ha logrado darle la vuelta a la situación y sobrevivir en la jungla de la lucha por la permanencia. Esta permanencia se rubricó en el SAR con una victoria de prestigio ante un Valencia Basket luchando por la cuarta plaza de la clasificación de la fase regular a brazo partido con Gescrap Bizkaia y Banca Cívica.

Fue un encuentro emocionante, lleno de pasión en la pista y en la grada. Los locales se supieron sobreponer a un 0-10 de parcial en contra y solamente necesitaron lo que restaba de primer periodo para llevar al partido a la igualdad total (14-14, min. 10). A partir de ese momento, la tónica general sería la de mínimas ventajas locales e intentos de escapada que eran neutralizados inmediatamente por los hombres de Perasovic. Es cierto que Valencia Basket echó mucho de menos a Lishchuk y Rafa Martínez, ambos baja por lesión, pero aguantó en el partido hasta su recta final a pesar de las feroces acometidas de unos jugadores de Blusens Monbus extramotivados y completamente recuperados del impacto inicial en forma de parcial en contra.

Ya en los momentos decisivos del choque, un par de aciertos desde el exterior de Nik Caner-Medley (el mejor taronja con 17 puntos y 8 rebotes) pusieron por delante a los taronjas en el último cuarto (50-54, min, 33). Se extendía la inquietud entre la afición local. Sin embargo, los de Perasovic se vinieron abajo tras señalársele una técnica a AJ Ogilvy. A partir de ahí, recital de los locales, con un Oriol Junyent (16 puntos y 6 rebotes) y su maltrecho menisco dando lecciones de profesionalidad, Alberto Corbacho (20 puntos, 4 triples) ametrallando el aro contrario desde el 6.75 y Stephane Lasme (15 puntos, 8 rebotes y 2 tapones) haciéndose fuerte en la zona. Blusens Monbus daba la vuelta a la situación e incluso se permitía el lujo de gustarse en los instantes finales ante el éxtasis de la parroquia local. Al final del encuentro, 76-62 para Blusens Monbus y objetivo cumplido: un año más en la Liga Endesa.

A veces las soluciones no hay que buscarlas fuera. Se encuentran en la propia casa. Y suele ser cuestión de paciencia, de esperar a que el trabajo surta efecto y las piezas se vayan ensamblando. En Santiago de Compostela se optó por esta vía y los resultados están ahí ¡Felicidades a Obradoiro!