El verano de la incertidumbre en Sevilla ha estado marcado por una pregunta. Más allá del futuro a corto plazo del club, tras el paso adelante de la Caixa, todavía con los hombres de Jefferson Capital Funding, afloraba sí o sí una cuestión: ¿quién está fichando? Desde que el presidente Fernando Moral asumió las riendas, quedó claro que la gestión en los campos deportivo y del marketing pasó a sus manos. Prácticamente anuló la presencia de José Luis Galilea y Francisco Viudes. Al segundo se le encargó, terminada la temporada 2014-15, la campaña de abonados de la 15-16. Del primero, poco se sabe, pero los movimientos son los que son: renovación inmediata de Luis Casimiro y Balvin, el regreso de Bamforth… y seguía ahí la pregunta: ¿quién ha fichado en el Baloncesto Sevilla?
Era un secreto a voces. Los poderes para gestionar seguían en manos de Moral y era éste, junto a Casimiro, quien estaba confeccionando la plantilla. La renovación de Balvin, un gesto con un jugador al que se consideraba de la casa y prácticamente maltratado por Scott Roth la pasada campaña. El regreso de Bamforth, un paso en busca del cariño de los aficionados, muy necesario ante lo precario de la situación institucional. El fichaje de Miljenovic, un movimiento en sintonía con los de años pasados que tan buenos resultados habían venido dando con los ejemplos de Satoransky y Porzingis. La firma de Nachbar y Slokar, jugadores veteranos y buenos nombres sobre el papel, con recorrido internacional y a los que se les presuponía por tanto galones. Todos ellos, movimientos del dúo Moral-Casimiro. Si acaso se les añadía otro nombre, el de Berni, por su papel de peso en la plantilla y larga experiencia en las canchas ACB. ¿Dónde estaba Galilea entonces? En Las Vegas, asistiendo a su liga de verano, para traerse bajo el brazo un nombre NCAA: LaDontae Henton.
Confeccionada la plantilla, llegó la salida de Galilea y Viudes. Y desde entonces, si bien Moral cambió oficialmente el papel de presidente por el de presidente ejecutivo, Baloncesto Sevilla pasa sus días sin un director deportivo. Una figura clave para responder por el diseño y evolución de la plantilla. Ayer, tras la paliza del FC Barcelona Lassa, el técnico atendió a los medios en rueda de prensa y confirmó lo que ya decíamos que era un secreto a voces. Le preguntaron si estaba contento con "la plantilla que le han confeccionado" y Casimiro respondió: "He estado siempre encima y se ha confeccionado con mi beneplácito en todo, así que no puedo decir 'con la plantilla que me han confeccionado'. Si hay que buscar un responsable, soy yo. No hay que mirar otro sitio. Está aquí, soy yo. Estoy contento, ésta es nuestra plantilla".
Palabras que no son definitivas, pero que arrojan algo de luz ante la falta de transparencia a la que acostumbran los clubes de baloncesto. Más tarde, tras pedírsele una valoración individual de Uros Slokar, el técnico volvió a dar un paso para quedar al frente de la plantilla: "La derrota es colectiva y el trabajo al final es colectivo, no voy a entrar. Si me vais a buscar para que deje mal a un jugador aquí, no perdáis el tiempo. Voy a estar encerrado y no voy a hablar mal de nadie. Me gusta trabajar de puertas hacia dentro y aquí tengo que decir menos de lo que he dicho dentro. Y lo que nunca es voy a exponer, y menos ahora, a un jugador mío públicamente. Es problema del equipo, es problema del colectivo y aquí, de momento, estamos perdiendo todos. De momento".