Todo empezó a torcerse definitivamente para Dimos Dikoudis hace apenas dos semanas. Pamesa cayó en casa ante el Ricoh Manresa y la derrota costó el cargo a su anterior entrenador, Fotis Katsikaris. Pero no fue éste el único damnificado de aquel encuentro.
Como contábamos entonces, Dikoudis desmentía haberlas realizado a través del club.
Parecía, sin embargo, que la suerte del jugador ya estaba echada en su tercer periplo por tierras valencianas. El ex del Panathinaikos llegó a Valencia este verano avalado por Katsikaris, liberado de su anterior contrato, y con dos experiencias anteriores en Pamesa que resultaron sendos sinsabores (en Panathinaikos), con lo que el cese de su máximo valedor desestabilizaba aún más su situación, convirtiendo esta tercera etapa en, si cabe, más decepcionante.
En los seis partidos que ha disputado con Pamesa esta temporada, sus promedios son de apenas 6 minutos en 18 minutos por partido. Y en la séptima jornada no jugó. El encuentro que dirigió Chechu Mulero, haciendo de entrenador principal antes de la llegada de Spahija, vio como el griego se quedaba con cero minutos en su casillero. Tras este partido ante el CB Granada, se especula con que el jugador solicitó explicaciones al técnico por no haber jugado, visiblemente enfadado, y fue el primer jugador en marcharse de la Fuente de San Luís con malos gestos y desaires.
Así pues, el lunes era apartado de la disciplina de la primera plantilla, dejando de participar en los entrenamientos dirigidos por el recién llegado Neven Spahija. Y ya desde el martes comenzaron a sonar rumores de un posible interés del DKV Joventut por el jugador en los medios griegos, y Superbasket.gr añadía a la lista a la Fortitudo de Dragan Sakota, que ya lo entrenó en el AEK.