El partido comenzaba como un buen combate de boxeo, con ambos equipos muy concentrados y encontrando con cierta facilidad la canasta. Los jugadores del UCAM Murcia sabían que, pese a que el San Pablo Burgos aún no sabía lo que era ganar en la Liga Endesa, el equipo local está mejorando y no iba a ser nada fácil llevarse el partido. Aún así, la selección de tiro en los últimos minutos del primer cuarto fue cayendo para el San Pablo y, unido a algunos errores, hacía que UCAM se llevara el primer asalto por 18-23.

Diego Epifanio realizó algunos ajustes, pero aún así no podía cerrar la herida que había abierto Murcia. Se empezaba a marchar en el marcador (triple de Benite mediante) mientras la grada protestaba cada decisión arbitral. A falta de algo más de 3 minutos para el final de la primera parte, los burgaleses se veían 10 abajo en el marcador y buscaban a alguien capaz de sacarles del letargo. Y lo encontraron en Deon Thompson, que está ahí casi siempre, y en Corey Fisher, que estuvo cuando le necesitaron. Una reacción a tiempo y un punto más de intensidad defensiva ponía un punto por delante a los de Burgos al final de la primera mitad (44-43).

La reanudación volvió a sentar mal a los azulones. Cuatro faltas personales en 40 segundos (seguro que han batido algún record) dejaban contra las cuerdas a la defensa local para el resto del cuarto. El partido se tornó feo y trabado, sin apenas juego y con muchas paradas. El objetivo de UCAM Murcia era arovechar la situación y cerrar el partido cuanto antes. Nuevamente dejaban la ventaja en 9 puntos y nuevamente Thompson y la defensa volvían a sostener al San Pablo (58-63).

Y el último cuarto tenía un nombre propio: Edu Martínez. 12 puntos para el alero con acierto además desde el triple y el tiro libre que devolvían la esperanza, una esperanza que Huskic con un robo de balón y Fisher jugándose las bolas complicadas se encargaban de no perder. A pesar de la insistencia de Hannah, el triunfo se quedaba en casa y Burgos conseguía firmar su primera victoria (89-86).