En las últimas dos temporadas, Aaron Jackson ha sido uno de los máximos atractivos de la Liga Endesa. El actual jugador del CSKA de Moscú fue para Gescrap Bizkaia el mejor activo de cara al exterior y factor de gran atracción al baloncesto de los más jóvenes. Y es que el espectacular juego del base norteamericano y su simpatía han dejado huella en Bilbao. Sin embargo, esta circunstancia es la excepción en nuestro basket, en la que la presencia de bases norteamericanos que dejen poso es casi testimonial.

Si echamos un vistazo a ligas como la francesa, la italiana, la alemana o la turca, observamos como el base norteamericano está omnipresente en las plantillas de los clubes que compiten en dichas competiciones. Un perfil de jugador que aporta vistosidad al juego, mayor rapidez y, en el caso de bases con mentalidad anotadora, un punto de anarquía y locura. Tal y como afirmaba nuestro compañero JR Sanchís al analizar los bases de la SerieA italiana, el perfil dominante en el pallacanestro se corresponde al de "un jugador de origen estadounidense -o con otras nacionalidades adquiridas de forma sobrevenida-, mayoritariamente de raza negra y con un patrón de juego vertical. Unas características aplicables a los "unos" titulares de buena parte de los equipos que compiten en las principales ligas europeas. La más notoria excepción a este corriente mayoritaria es el basket español, donde la presencia de bases de este perfil es puntual. Solamente cuatro clubes de la Liga Endesa cuentan con directores de juego norteamericanos (o nacionalizados) de raza negra: Dontaye Draper (Real Madrid), Marcus Williams/Earl Calloway (Unicaja), Corey Fisher (FIATC Joventut) y Joe Ragland (UCAM Murcia). Además, Caja Laboral cuenta con Taylor Rochestie, base norteamericano nacionalizado montenegrino, de raza blanca y de perfil tirador, y en Gran Canaria cuenta con el ex Duke Jon Scheyer, un escolta al que también se puede situar en la demarcación de base. La pregunta que nos hacemos es, ¿a qué se debe esta circunstancia?

Si echamos la vista atrás, son pocos los bases norteamericanos que han cuajado en el basket español. En la historia de la ACB encontramos una "santísima trinidad" compuesta por los recordados Mike Anderson, Andre Turner y Elmer Bennett, jugadores que echaron raíces en nuestro basket y que rindieron a un nivel óptimo. Pero poca cosa más, con pasos puntuales de jugadores como el "astronauta" Darrell Armstrong. Ha habido más y gran parte jan pasado de puntillas por la memoria del aficionado, pero con testimonios como los de Pepe Carrión, segundo de entrenadores como Petrovic, Imbroda, Alberto Pesquera en Sevilla, se pone de relieve la repercusión de este tipo de bases en el juego de los equipos: "ni Anderson, ni Turner ni nadie, el base más espectacular, fue el pequeño Randy Woods (1997-98), el tío acabó salvando al equipo del descenso. Creo que jugo unos 10 partidos. Era muy díscolo y era capaz de lanzarse entre 10 y 12 triples por partido. pero metía la mitad. Lo podía hacer absolutamente todo, menos adaptarse a sus compañeros. Un día se quedó en el vestuario porque no quería salir a jugar. Lo convencimos para salir a la pista de titular, no había ni calentado y enchufó 30 puntos, dio 10 asistencias y ganamos el partido. Los partidos eran suyos, hacía lo que quería".

Es evidente que hay entrenadores reticentes a tomar esta opción, por el sello tan especial con el marcan el juego del equipo este tipo de bases. También se puede hablar de cierto conservadurismo en los sistemas de juego, menos dados a los ataques rápidos, al run & gun. Se opta por la fiabilidad, por la seguridad, por un juego más encosertado, tal vez.

Nos pusimos en contacto con Mauricio Parra, técnico español que desde hace varias temporadas trabaja como entrenador asistente en el Alba de Berlin, para que nos diera su visión sobre esta cuestión. Como conocedor del basket español, pero también del germano, donde la presencia de los bases norteamericanos es dominante, es una persona idónea para poder arrojar luz en esta cuestión.

Según Parra: "Hoy en dia España tiene un "problema de bases" en la misimima seleccion, pero no un problema de bases porque hagan falta, sino porque tiene que dejar fuera de la seleccion a bases que en casi qualquier otra seleccion serian titulares. Con esto quiero decir que, En este sentido, España es un ejemplo por tener un trabajo de cantera tan excelente y único en Europa con los bases. En Alemania no hay cantera de bases, en los últimos años no han salido bases nacionales de nivel. No los hay ahora mismo, ni pueda que los haya en años próximos (no veo a bases alemanes destacar en U18 o U20. No se sabe "hacer" buenos bases y por eso se tira de bases norteamericanos". 

Este argumento podría ser muy válido, pero tampoco encontramos tantos bases nacionales jugando minutos en Liga Endesa… En este sentido Mauricio Parra añade: "la Liga Endesa se diferencia muchísimo de una liga como la alemana o la francesa porque se juego un baloncesto mas tactico (para mi más bonito) que el run & gun tipico de una liga como la alemana por tener tantos americanos, empezando por un base americano. En el extranjero una de las razones por la que se admira tanto el basket ACB es precisamente por esa disciplina tactica". Con estos planteamientos más elaborados hay que tener en cuenta que "el base dirige al equipo y si tiene en su sangre ese run & gun  te puede destruir tu estructura táctica por completo". Por ese motivo, según el técnico vizcaíno, el base norteamericano "jugón" no encaja tan bien en nuestro baloncesto.

Razones sólidas las ofrecidas por Mauricio Parra. ¿Pero que opinan los bases norteamericanos sobre el juyego en la Liga Endesa? Opina el último base estadounidense en seducir al aficionado español, Aaron Jackson:  "Personalmente creo que la presencia de pocos bases norteamericanos se debe a que, por sus características, los bases de mi país deben de realizar muchos ajustes en su juego para adaptarse al baloncesto de la Liga Endesa. Es un juego diferente para nosotros, por nuestro perfil, y por ello este puede ser un elemento disuasorio para los entrenadores de la liga española, como para algunos jugadores norteamericanos. Pero es que además los bases españoles tienen un gran nivel, no es necesario buscar fuera lo que ya se tiene en casa. Son inteligentes, una buena capacidad atlética… es más, pueden ofrecer lecciones de conocimiento del juego a muchos bases norteamericanos, sobre todo en tema de lectura de pick and roll. Mi lectura de esta jugada creo que ha mejorado tras mi estancia en Bilbao, gracias a los entrenadores que tuve en el equipo, además de los consejos de compañeros como Raül López, Javi Rodríguez o Paco Vázquez". Gran sinceridad la de este auténtico jugón.

La pregunta está planteada, hemos encontrado algunas claves como respuesta. La cuestión está encima de la mesa. ¿Cúal es la opinión del lector? ¿Mejoraría el espectáculo con más bases que pudiera orientar el juego hacia el ataque y la rapidez en transición? ¿La riqueza técnica se vería afectada? Debate entre el purismo de los que nos gusta mucho el baloncesto y la necesidad de vender un producto al consumidor mayortiaria de deporte, atraer a un número mayor de aficionados…