El Baloncesto tiene estas cosas. Quizás si el partido se hubiera desarrolllado de otra manera, al Ayuda en Acción Fuenlabrada le habría bastado con la importante victoria ante el Xacobeo Blu:Sens Obradoiro (86-64).

Quizás, si la situación de ambos equipos en la tabla fuera más desahogada, Ferrán López podría haber disfrutado del gusto dulce de la victoria por 16 puntos tras un choque dominado por los locales.

Es más, podría ser que el espontáneo homenaje a Marc Jackson una vez finalizado el encuentro (todo el pabellón gritó "Jackson, Jackson" en el último partido como profesional del futuro cowboy) podría haber comenzado antes de que le expulsaran por su quinta personal, permitiéndole disfrutarlo sobre la cancha.

Pero las circunstancias mandan, y la parroquia fuenlabreña se marchó a casa con un regusto amargo: el equipo no había conseguido remontar el basket-average, no pudo redimirse de la primera derrota de la temporada (en Santiago, jornada 5, ante un Obradoiro que no se había estrenado hasta entonces).

Y es que todo apunta a que cualquier ventaja ante un equipo que pueda ser enemigo final por la lucha para evitar el descenso es poca.

El Ayuda en Acción Fuenlabrada demostró más carácter, una de las facetas de las que está adoleciendo desde el inicio de la temporada. Sin embargo la aportación de un Ferrán Laviña titular y, sobre todo, de la vuelta a casa del histriónico Salva Guardia, atizador de las brasas de la grada, sirvieron como acicate para que el Fernando Martín hiciera tanto ruido como en otras temporadas, llevando al equipo en volandas en el inicio del tercer cuarto, cuando se fraguó la victoria naranja.

Además, Tal Burstein sigue con su gran progresión, y anotó 18 puntos y repartió 4 asistencias saliendo desde el banquillo y ganándose más de 26 minutos en pista. Le está costando, pero el rendimiento del israelí está empezando a ser el esperado.

Pero aparte del mencionado basket-average, los de Maldonado se fueron con otro aspecto negativo. Gerald Fitch, una vez más, estropeó una actuación brillante (cada vez peca menos de individualista en su juego y sigue aportando como antes) al enfadarse por ser sustituído a 3 minutos para el final del tercer cuarto, no querer saludar a Mati Sandes (su reemplazo en la cancha) y propinar una patada al banquillo muy fuera de tono.

Pecados de un jugador que debe mirar más por el colectivo. El Fuenla sabe que necesita gente que sepa desenvolverse al límite del precipicio, jugadores que ya hayan estado ahí y no cometan errores estúpidos. Por eso se ha reforzado con veteranos como Salva Guardia y Devin Davis, que aunque no debutó lució su estado de forma (está muy fino) durante la rueda de calentamiento.