El club verdinegro responde así a las duras acusaciones del jugador, que anunció su deseo de no volver a jugar en el equipo mientras siga la actual directiva y recalar en el Ourense.

El jugador criticó la política del club con sus jóvenes promesas, a lo que el Joventut responde con una nota de prensa en la que también ataca duramente al jugador, afirmando que no va a traspasarle ni aceptar una cesión, además de recordarle que en su contrato se define el tipo de rescisión unilateral a la que el jugador deberá recurrir si cumple sus amenazas. Le acusa también de ser él mismo el que ha creado el problema y termina ironizando sobre su "equivocación" al formar deportivamente a un jugador que en contra de la opinión del club no siguió formación académica alguna y responde a esta formación con unas pretensiones económicas "desmesuradas" e "impropias de un jugador de su edad".