Claves:

1.     Los nervios de la Copa: Los primeros minutos fueron caóticos, como es habitual en el inicio de la competición copera. Muchos tiros liberados fallados, pérdidas tontas y marcador muy bajo en los primeros minutos. Una vez pasaron las posesiones, se vio el enfrentamiento entre dos Top-8 de Euroliga.

2.     Musa, como cuchillo en mantequilla: Aunque Mumbrú puso a su mejor defensor exterior, Radebaugh, sobre él y que el ex de Ludwigsburg estuvo encima de él, Dzanan Musa siempre encontró camino al aro durante el primer cuarto. Fue, junto a Tavares, el artífice de la primera ventaja significativa blanca.

3.     Rivero, líder de la segunda unidad: Valencia Basket necesitaba un cambio de dinámica en el primer periodo entrecuartos. El cubano se erigió una vez como el faro de su equipo y lideró a sus compañeros en una remontada lenta, pero firme.

El Real Madrid se ha clasificado para la semifinal de la Copa del Rey tras vencer al Valencia Basket por 86-85. Los de Chus Mateo, que sufrieron hasta la última décima, manejaron una renta de diez puntos desde el primer cuarto, pero con el paso de los minutos, el Valencia remontó. El rival de los blancos el sábado saldrá del enfrentamiento entre Barça y Unicaja.

Los primeros minutos de la Copa se caracterizaron por los nervios en ambos equipos. Aunque Valencia planteó de inicio una defensa hiperfísica, con Radebaugh presionando a Musa, por ejemplo, la inquietud y las ganas de demostrar mantuvieron la diferencia en el marcador en números bajos llegados los cinco minutos.

Sin embargo, la falta de acierto no tuvo más continuidad en el Real Madrid mientras que los taronjas no encestaban los tiros liberados que tenían incluso desde las esquinas. En un abrir y cerrar los ojos, los de Chus Mateo estiraron la ventaja a los once puntos (20-9).

Musa y Tavares aprovecharon sus habilidades físicas. El escolta era imparable para cualquier jugador valenciano. Pese a que le sobremarcaban la línea de pase para que no recibiese, el bosnio llegaba a la zona desde zonas menos favorables de la pista. El caboverdiano atacó con mucha efectividad a Dubljevic, ya fuera con buenos movimientos, como ganchos, o pura superioridad física.

Con el paso de los minutos y la entrada de la segunda unidad del Real Madrid -tras nueve minutos-, el partido cambió. Valencia entró en el segundo periodo sacando ventaja con Rivero en el poste. El cubano identificó a la perfección su ventaja en cuanto a peso con respecto a Cornelie.

Los hombres de Álex Mumbrú se mantuvieron con vida entre los minutos 10 y 15, al mismo tiempo que volvía, poco a poco, su inspiración en el triple. Esa fue la gran diferencia. El Madrid se obcecó en el tiro de tres, con poco acierto, lo que permitió que los valencianos recortaran diferencias posesión a posesión.

Tras el paso por vestuarios, Valencia Basket continuó su lenta pero segura escalada en el marcador. La recuperación en porcentajes de tres (42%) y un tiro de dos fiable -por encima del 80%- le llegó a colocar a dos puntos del Madrid con posesión para igualar o ponerse por encima.

El banquillo del Real Madrid estaba sobrepasado. No solo no mejoraron los porcentajes de lanzamiento exterior, sino que los ánimos decayeron todavía más después de la lesión de Sergio Llull en los instantes finales del segundo periodo. Su antiguo compañero, Klemen Prepelic, cayó de forma fortuita sobre su rodilla izquierda, la sana -en su momento se rompió los ligamentos de la derecha-.

En el último cuarto el Valencia llegó a la cima. Tras ir remando durante casi todo el encuentro, los de Mumbrú se pusieron dos puntos arriba. Sin embargo, el impulso de tirar algo precipitados y algunas buenas defensas blancas, permitieron a los madridistas recuperar la iniciativa. Se llegó a los minutos finales con tres tantos de renta para los madrileños, tras varias acciones rápidas valencianas y una mala posesión blanca, Shannon Evans tuvo tiro para ganar, pero finalmente el Real Madrid se clasificó para la semifinal del sábado.