Decenas y decenas de jugadores pasan cada año por nuestra liga. Algunos dejan huella por su carácter, su ímpetu o por su carrera en España; otros, en cambio, se van sin hacer ruido o, lo que es peor, por la puerta de atrás sin haber demostrado su potencial real. En esta serie de tres jugadores (Ivan Buva, Dominik Mavra y Milton Doyle) hay de todo, desde un base apto que no logró adaptarse al estilo de la Penya hasta un ala-pívot que, aunque su rendimiento en Bilbao Basket fue destacado, no consiguió seguir creciendo en Valencia Basket.
Ivan Buva, con su calidad a otra parte
El croata vistió la camiseta de Bilbao Basket durante la temporada 16-17 tras haber cuajado una gran temporada en el Sidigas Avellino de Nunnally, Ragland, Taurean Green o Janis Blums. En Italia, promedió más de 12 puntos por encuentro y casi llegan a la final de la Lega, pero en el séptimo partido cayeron derrotados por Reggio Emilia. Sus buenas actuaciones no pasaron inadvertidas para el conjunto vasco, que apostó por él y ya en el primer choque anotó 17 puntos ante Fuenlabrada. Su regularidad fue menguando a lo largo del curso y la mejor versión del ala-pívot la pudimos ver en el tramo final, cuando encadenó cuatro partidos con 11 puntos o más; al final, casi 12 puntos y 12,6 de valoración. La 17-18 la comenzó con Istanbul BBSK, pero Valencia Basket lo repescó, aunque no tuvo apenas protagonismo.
Desde entonces, ha ido dando tumbos y demostrando la calidad ofensiva que atesora -desde la 17-18, solo ha bajado una vez de los 10 puntos de promedio- hasta que este pasado verano, cuando le llegó una oferta desde Japón que aceptó. Allí comparte equipo con Jacob Wiley y sus últimos duelos han sido “discretos”. Su mejor actuación fue ante otro ex ACB como Rosco Allen. Si el húngaro se fue hasta los 32 puntos y 14 rebotes para 46 de valoración, el ala-pívot no se quedó atrás y anotó 39 puntos además de recoger los mismos rebotes que Allen. Dirigidos por Luis Guil, Buva y compañía marchan últimos de su conferencia con un balance de 2-4. Al parecer, según las últimas informaciones apuntan a que se habría lesionado de gravedad hace escasos días.
Dominik Mavra, cuando tu hogar es siempre dulce
Fueron años complicados, sí. No era el mejor momento de la Penya, también. Y probablemente Dominik Mavra, en otro momento, en otra circunstancia y en otra dinámica hubiera sido un base válido para el Joventut de Badalona. Pero como muchas veces pasa, la cabeza pesa mucho y en ocasiones cuesta sobreponerse a todo lo que te rodea. Tan solo cinco partidos pudimos ver al base croata en la ACB en los cuales promedió 2,8 puntos y 0,6 de valoración. “Talento balcánico”, tildaban algunos medios al hablar de su fichaje, y lo cierto es que no andaban equivocados, porque había demostrado tener calidad en su etapa en Macedonia y en la ABA League. Pero lamentablemente en España no pudo -o no supo- desplegar ese talento innato. Por cierto, esa temporada la salvó un tal Nico Laprovittola y Jerome Jordan, jugadores clave que evitaron un posible descenso de los verdinegros.
Ahora, el exterior se encuentra disputando la ABA League con el Split croata. La dinámica del equipo no es la mejor en este arranque de temporada -van últimos en la liga adriática-, pero los números de Mavra son muy buenos. En estos tres primeros partidos, ha promediado 14 puntos, más de 5 rebotes y más de 4 asistencias para 19,3 de valoración. Sin duda, y viendo en estos últimos años sus medias han estado por encima de los 10 puntos, se reafirma la idea de que las condiciones para hacer un buen papel en la Liga Endesa estaban ahí, pero faltó algo.
Milton Doyle, cumpliendo en la NBL
Si antes hablábamos de Buva, a quien le costó mantener la regularidad en la máxima competición estatal, Milton Doyle fue otro ejemplo más de cierta irregularidad en diferentes tramos de la temporada. El ex de UCAM Murcia encadenó partidos de 8 puntos y 0 de valoración con otro de 32 puntos y 28 de valoración una semana después. Durante prácticamente toda la temporada estuvo por encima de los 20 minutos por encuentro, pero decidió regresar a su Chicago natal para jugar en la G-League y seguir luciendo su capacidad anotadora. Si sus promedios en España fueron de 11 puntos por choque, en EEUU se fue hasta los 17. El escolta americano no ha bajado de los dobles dígitos en anotación en estas últimas campañas y sigue ganando enteros para convertirse en un auténtico trotamundos del baloncesto.
EEUU, España, Israel, Italia, Turquía y ahora Australia. Aunque no parece haberse “casado” con ningún país, Doyle desarrolla su juego y demuestra su potencial allá donde va. En Oceanía, está promediando 14,5 puntos y 4,5 rebotes por noche en una liga donde podemos ver nombres como Baynes, Goulding, Newley o Barlow. No sabemos si volveremos a ver al escolta estadounidense por nuestros lares y, aunque no haya dejado una huella imborrable, él seguirá sacando su fusil para ametrallar los aros rivales.