La fecha de hoy estaba marcada en el calendario. Tal y como estaba la clasificación, una victoria del Alta Gestión Fuenlabrada ante el Grupo Begar León suponía dejar bastante lejos los problemas, dando un salto hacia la parte media de la tabla y hundiendo un poco más a un rival directo en la lucha por el descenso.
Pero el plan falló y los de Casimiro perdieron. Ya lo avisaba el entrenador en fechas previas: “No hay que hacer cuentas, en esta liga no se pueden hacer cuentas” (pecado número uno).
Pero la cuenta ya estaba hecha. “Parece que se perdonaba la derrota en Manresa si seguíamos ganando en casa“, decía el técnico del Fuenla, y es que la derrota en tierras catalanas entraba dentro de lo normal en la temporada del equipo, pero que el León ganara en el Fernando Martín no.
Quizás debido a esta mentalidad, el equipo saltó a la pista más relajado de lo habitual, sin excesiva preocupación y sin la tensión de las grandes ocasiones, traicionando los valores (pecado número dos) que han caracterizado el buen hacer fuenlabreño durante la temporada.
Este hecho provocó dos efectos:
1. Que el ataque fuera mucho más fluido en la primera parte.
2. Que la defensa estuviera a un nivel muy bajo (“en ningún momento ha estado a la altura que requería el partido para poder ganarlo”, dijo Casimiro)
Y de esta manera el rival pudo hacer su juego (pecado número tres), meter balones dentro para que Hughes anotase o sacarlos fuera para que Bulfoni y Urtasun acribillasen desde los 6,25 el aro local.
Se llegó al descanso con un tanteo impropio de dos equipos de las características de Fuenla y León, 45 a 46, y entonces apareció la figura de Bruno Sundov. El jugador croata demostró todas las cualidades que podría describir su agente y con él en cancha el León consiguió una diferencia que conseguiría mantener a base de triples, y es que cuando te la juegas con un rival directo no se puede dejar de vigilar a ninguno de sus jugadores (pecado número cuatro), aunque sólo lleven una semana con el equipo.
Entonces al Fuenla le entraron las prisas por remontar. El equipo se dedicó a correr en ataque pero esto no fue suficiente porque según el entrenador “no se tenían las ideas claras en defensa“. La precipitación hacía que la desventaja aumentara cada vez más, y cuando llegó a los 10 puntos ya no había nada que hacer. León, como equipo austero, supo de la importancia de la victoria y la amarró con fuerza.
Aranzana vio claro el motivo de la victoria: “Mentalmente el equipo está fuerte, hemos sido mejores en motivación“. Pecado número cinco para el Fuenla, a estas alturas de la temporada se tiene que saltar al campo con más ganas de ganar que nadie.
Y ahora, tras las derrotas de ViveMenorca y Cajasol y la victoria del MMT Estudiantes la zona baja de la tabla vuelve a comprimirse. De repente el panorama se ha oscurecido en Fuenlabrada, aunque Casimiro sigue teniéndolo claro: “No hay que hacer cuentas, sólo hay que seguir ganando partidos“.