Correr, correr y correr. Esa era la consigna que debía tener el Real Madrid para tumbar al Cajasol, para evitar otra encerrona defensiva como la que le planteó Plaza en el primer partido. Y así ejecutó el equipo de Messina el plan. Con contundencia en el primer cuarto, concentrado, con acierto. Una y otra vez lanzaban los blancos ataques veloces en la intención de jugar al Cajasol precisamente de la manera que menos le convenía.
En nada se pareció este Real Madrid al que vimos el pasado jueves. No es que hiciesen los blancos el choque de su vida. Simplemente fueron a realizar lo que sabían y emplearon las armas adecuadas para doblegar a un rival que se desarbola con un ritmo de juego alto.
La superioridad blanca en el primer cuarto quedó plasmada en la valoración. A medio minuto del final, 31 para el cuadro visitante por 0 para el plantel sevillano. 9-22 en el marcador, con unos grandes Llull y Felipe Reyes.
Dominaba el cuadro merengue el rebote ofensivo, que le permitía segundas opciones y empezaba a abrir una brecha considerable camino del descanso. Sin embargo, los equipos de Plaza no suelen rendirse, no es su estilo y un parcial de 10-0 puso las cosas algo más apretadas. Incluso así, al descanso la ventaja era de 15 puntos para el Real Madrid (25-40)
¿Había partido? Hubo algo sí, aunque dio la sensación de que en ningún momento los hombres de Messina iban a perder la ocasión de sentenciar ante los suyos. Con ímpetu, con trabajo y con una buena defensa en zona, el Cajasol fue limando la ventaja. Con un parcial por disputar, la cosa se ajustaba (42-50).
Se apretó todavía más en una recta final donde un triple de Miso dejó a los suyos a 6. Sumaba de tres en tres el Cajasol, pero es que el Madrid también hacía lo propio.
No está en su mejor momento, la suya es una versión algo lejana de lo que fue, pero Garbajosa cerró el solito el partido con tres triplazos. Le secundó, en las respuestas a las afrentas del Cajasol, un gran Bullock, que está siendo de largo el mejor jugador de esta serie.
La calidad tenía que terminar saliendo por algún lado y fueron estos dos jugadores los que acabaron por derrotar al Cajasol, peleón y aguerrido hasta el final, pero consciente de que ha dejado pasar la oportunidad de su vida.
Ahora, queda la duda de qué cara ofrecerá el Real Madrid el próximo lunes.
Aunque la reacción del equipo a la derrota, al 0-1, reflejada principalmente en un primer cuarto, y medio segundo, muy buenos, invita al optimismo blanco. El Madrid salió concentrado al inicio del enfrentamiento y esa virtud, que en otras ocasiones no tuvo, con las consecuencias conocidas, le permitió vivir un partido medianamente cómodo, salvo las convulsiones de después del descanso.
Ese equipo que parecía muerto después del primer choque ha revivido en el momento oportuno. Ahora tienen los blancos todo a favor para acceder a las semifinales. Lo sabremos el lunes.