“Ha demostrado para qué le hemos fichado”. Con estas palabras se refería Juan Carlos Ollero, presidente del Banca Cívica, al jugador una vez finalizada
Probablemente el fichaje más cuestionado por la afición sevillana, el ala-pívot firmó con el conjunto sevillano nada más salir del Unicaja, donde no pudo confirmar las buenas sensaciones que dejó con la camiseta del Manresa (9.6 puntos y 4.1 rebotes por partido en su última temporada). Tras no terminar de funcionar en Málaga y ver cómo había ido siendo relegado al banquillo, Rubio rescindió el año de contrato que le quedaba para afrontar esta temporada 2011/12 en Sevilla y con Luka Bogdanovic como compañero, con el objetivo de suplir la marcha de Kaloyan Ivanov (4.9 puntos, 4.1 rebotes y una asistencia en 20 minutos de juego por partido), tras una campaña especialmente sensible con el rendimiento de los ala-pívots en Sevilla.
Después de 21 jornadas, y tras ofrecer una de sus mejores actuaciones en Manresa, Guille Rubio se encuentra totalmente integrado en la plantilla que dirige Joan Plaza. Si tenemos en cuenta que entre las virtudes del equipo sevillano se incluye disminuir las del rival desde la defensa, poco a poco el jugador ha ido encontrando su sitio.
Con sus 2.02 de altura y corpulencia, que le permite defender a hombres altos, Guille Rubio está cumpliendo con el rol que buscaba Plaza: un jugador bajo el aro rival que lleve el contacto físico al límite, duro, que luche el rebote en ataque y ofrezca garantías atrás. Así, nos encontramos con que el equipo sevillano lidera las estadísticas de equipo en rebote ofensivo (1º, con 12.76 de media, y 4º en rebotes totales) y robos (1º con una media de 9.29).
Al cargo de ese trabajo que rara vez se refleja en las estadísticas, Rubio ofrece marcaje, intensidad y un juego bajo el poste que se complementa con la amenaza exterior de Bogdanovic. El reparto por igual de minutos de Plaza lo ha llevado a disputar una media de 17 minutos por partido, al igual que Triguero y English, en los que actualmente promedia 4.1 puntos, 3.1 rebotes y 4.4 de valoración. No obstante y más allá de estos números, Rubio ha salido como titular en 13 de los 21 partidos disputados (2º en su equipo), y ofrece un marcaje importante a la hora de frenar referentes interiores como hizo con Joel Freeland durante la Copa del Rey, corazón de esa trampa y empalizada entre las que le gusta jugar a Plaza, además de equilibrar atrás las lagunas defensivas del principal referente del equipo sevillano, Paul Davis.
Sin actuaciones brillantes y apenas ruido, trabajando, Guille Rubio ha convencido a los técnicos primero y la afición después, frenando a pívots de referencia en la Liga Endesa y levantando los pilares de la defensa por la que lleva ya tres años apostando el entrenador catalán. Un jugador que ha encontrando y demostrado sus habilidades atrás para, tras dos campañas discretas en Málaga, revalorizarse en el mercado gracias a su carácter luchador coraje y compromiso.