Impotencia era el sentimiento generalizado entre los aficionados de Lagun Aro GBC cuando abandonaban el San Sebastián Arena 2016 tras presenciar como su equipo caía con claridad ante Baloncesto Fuenlabrada por 74-94. Impotencia porque su equipo no dio impresión en ningún momento de poder hacer frente a un equipo madrileño muy bien plantado en la cancha y con las ideas muy claras. Impotencia al ver como el equipo donostiarra suma su sexta derrota consecutiva en ACB y se ha pasado de soñar con disputar la Copa a empezar a mirar hacia abajo en la tabla clasificatoria.
Baloncesto Fuenlabrada dominó de principio a fin el partido. Salva Maldonado le ganaba la partida a un Pablo Laso al que parece haberle cogido el truco. Los madrileños sacaban partido a todas las debilidades del equipo donostiarra. Salva Guardia (24 puntos) sacaba de su radio de acción a Doblas, anotando nada menos que 5 triples de los 6 intentos que realizó. El viejo rockero valenciano rejuveneció varios años para convertirse en el hombre del partido. Sus triples se hundían como cuchillos en el corazón de los aficionados vascos y los aspavientos del bravo jugador de Fuenlabrada removían aún más la herida. Mientras Guardia se encargaba de la anotación, el resto de hombres interiores, principalmente Biyombo (12 puntos, 4 rebotes y 3 tapones) y Ayón (7 puntos, 5 rebotes y 4 tapones), realizaba el trabajo sucio en la pintura. Además. Kris Valters (10 puntos, 4 rebotes y 7 asistencias) podía en todo momento con los bases locales y el resto de jugadores de perímetro aportaban verticalidad de cara al aro y mucha puntería desde el 6.75 (14/26 en triples). Ese dominio en la cancha se plasmaba en un luminoso que ya marcaba un claro 14-24 al final del primer periodo, ventaja que se alargaba hasta los 15 en el descanso 30-45.
Los donostiarras lo intentaron reducir la desventaja, pero hoy no era su día. Estaban completamente sobrepasados por un Baloncesto Fuenlabrada que era dueño y señor del partido. Ni los triples de Jimmy Baron (17 puntos, con 5/6 en triples), ni la salvaje potencia de salto de Mohamed Kone (14 puntos, 8 rebotes y 2 tapones), ni el despertar de Andy Panko (16 puntos y 5 rebotes) podían hacer nada para impedir una holgada victoria por 74-94 de un Baloncesto Fuenlabrada que demuestra que, a pesar de no contar con Esteban Batista, sigue estando muy vivo y hay que seguir contando con él.