Cajasol ante el Blancos de Rueda Valladolid, última jornada de la Liga Endesa, agoniza el primer cuarto con un 13-16 en el marcador. Tras un tiempo muerto, entran Blakney y Sastre desde el banquillo. El primero se alza y empata el duelo con un triple. Después llega el turno del mallorquín: tres veces solo y tres disparos letales desde 6.75 casi seguidos que llevarían el duelo a un 25-16, clave para el posterior dominio de su equipo y victoria. A sus 21 años, ya sabe lo que es marcar diferencias en un encuentro de la máxima categoría del baloncesto español.

Ha llovido mucho Cinco meses después, regresaba a las pistas. Tocaba volver a empezar.

Desde que llegó a Sevilla, su punto débil se ha concentrado en su físico. Con 2.01 de altura, algunas voces decían que le faltaba peso y envergadura, cuerpo en definitiva para hacer frente a sus competidores en el puesto de 3. Esta carencia en su volumen corporal la suplía con una muñeca hábil, y no eran pocos los que pensaban que se podía sacar de él más rendimiento situándolo como escolta; incluso la planificación inicial del club de cara a esta temporada parecía contemplarlo como recurso. El domingo ya lo vimos hacer de la carencia virtud con una ágil entrada a aro pasado que se saldó con la antideportiva de Renfroe. La fragilidad se vuelve ahora velocidad, y es que Sastre es capaz de aprovechar su cuerpo para moverse con una marcha más que sus defensores, driblar con facilidad y al contragolpe además de complicar los marcajes.

Pero vamos con los números. En estas 15 jornadas de liga ha duplicado sus minutos (de 8 a 15) respecto a la 2011-12 y promedia 5.2 puntos, 2.2 puntos y 1.3 rebotes para 4.6 puntos de valoración. Frente a sus porcentajes en tiros de 2 (25%) y tiros libres (57%), sus números en el perímetro empiezan a hacer sangre: 20/38, por encima del 50%. En la travesía paralela de su equipo por la Eurocup (6.8 ppp, 1.8 rpp, 1 appp, 4.3 puntos de valoración por encuentro en esta primera fase) ya ha firmado sus 11/23 en triples.  

Este último partido ante los vallisoletanos firmó su mejor actuación en ACB superando su récord en anotación y valoración. Con un implacable 4/4 en triples, números que afilan sus porcentajes esta campaña, dejó claro que sabe aprovechar cualquier espacio que le cedan sobre la pista. Ágil, voluntarioso en la captura del rebote ofensivo, la creciente puntería de sus lanzamientos y mano de fuego contra Blancos de Rueda refrendó su talento de tirador, con la sobriedad y acierto como principales virtudes.

Un tirador de 21 años que ya ha dejado a un lado su condición de promesa y el objetivo de incorporarse a la rotación de su equipo, dejarle hueco para tirar empieza a ser peligroso. Futuro de la competición, ya sabe qué se siente al marcar el devenir de un encuentro de la Liga Endesa, pero también de qué es capaz con la muñeca caliente.