Oriol Junyent ha anunciado en rueda de prensa su adiós definitivo a las canchas. Casi veinte años después de su debut y tras una dilatada trayectoria que le ha llevado a jugar hasta en nueve clubes entre la ACB y la Liga LEB.

Formado en las categorías inferiores del FC Baracleona, Junyent debutaba la temporada 1995-96 en la ACB, con apenas 19 años, de la mano de Aíto García Reneses con aquel Barcelona de Middleton, Karnisovas, Montero o el mítico Andrés Jiménez. Aquella fue la temporada del famoso tapón ilegal que recibió Montero en la final de la Liga Europea.

Tras unos priimeros años entre el FC Barcelona y Fuenlabrada, Oriol se convirtió, allá por la temporada 2001-02 en el máximo reboteador nacional de la ACB tras firmar un promedio de dobles figuras (14-10) con aquel CB Granada. Una temporada que le llevó a disputar el Mundial de Indianápolis con la selección nacional.

Ese mismo verano se incorporaba a un debutante Lucentum Alicante que regresaba a la ACB de la mano de Julio Lamas y donde firmó los que fueron sus mejores años a nivel deportivo. En Alicante vivió momentos dulces, como la disputa de la Copa del Rey 2005 o los Playoff 2003 y 2005. También atravesó momentos complicados como el ostracismo al que le llevó Luis Casimiro en la primera mitad de la temporada 2003-04 y del que se recuperó, con un papel importante de Trifón Poch.

Tras su salida de Alicante en 2006, con 30 años, regresaba a Granada por una temporada y en 2007 se incorporaba al Ciudad de Huelva en la LEB Oro, donde firmó unos grandes números que hicieron que la ACB volviera a llamar a su puerta. Esta vez fue Velimir Perasovic, ex compañero suyo en su etapa en Alicante, el que le reclamó para el Estudiantes, donde concluyó la temporada y disputó también la 2007-08, con un discreto rol.

En la temporada 2009-10 tuvo un papel de 'apagafuegos'. Contrato temporal en Valladolid. Contrato temporal en Obradoiro. Solo tres partidos en el equipo gallego antes de incorporarse al CAI, donde acabó la temporada logrando el ascenso a la ACB. Sin embargo, ese breve paso por Obradoiro fue el prólogo de una historia de amor particular entre Junyent y el club santiagués.

En agosto de 2010 se volvieron a unir los destinos de Oriol Junyent y el Obradoiro. Y ya no se separaron. El pívot catalán se incorporaba al equipo gallego en el proyecto realizado para regresar a la ACB. Y Junyent rejuveneció. 13.7 puntos y 7 rebotes por partido para convertirse en el mejor hombre de un Obradoiro que regresaba a la ACB por la puerta grande.

El oficio, la entrega y la profesionalidad de Junyent empatizaron pronto con la afición gallega. No serían sus mejores años a nivel estadístico, pero su rol en el equipo y su implicación en el proyecto le llevaron a ser uno de los jugadores más queridos y valorados por la afición de Obradoiro. Con el equipo gallego volvió a vivir la magia de llegar a los Playoff con un equipo modesto, algo que ya vivió en Alicante. Vivió otra salvación sufrida, algo que también vivió en su etapa en el Lucentum.

La pasada temporada, cuando firmaba sus mejores números con Obradoiro, se truncaría su carrera con una desgraciada lesión sufrida en el encuentro que le enfrentaba al FIATC Joventut. Una lesión que le obligó a pasar por el quirófano y a decir adiós a lo que restaba de temporada, lo que le ha llevado a tomar la decisión definitiva de colgar las botas.

Su huella en la afición obradoirista es profunda. Como muestra basta recordar el precioso y emotivo homenaje que le brindaron el pasado mes de julio. Desde diversos sectores de la afición se organizó una fiesta sorpresa donde se vio a un Junyent visiblemente emocionado al recibir el cariño de más de doscientas personas que querían tener la ocasión de brindarle una despedida que no pudieron darle en la cancha.

Esa espinita clavada que le quedó a la afición se podrá quitar en el homenaje que anuncia el club para el próximo partido ante Laboral Kutxa, donde además se colgará su camiseta, con el retirado dorsal 15, del techo del Fontes do Sar.