El Menorca estuvo a punto de amargar las Navidades a los pupilos de Joan Plaza. A pesar de lo que refleja el marcador final (98-74), los hombres de Ricard Casas pusieron en serios aprietos al actual campeón de la ACB, que permanece invicto en su feudo. Para empezar, Casas situó de inicio a Cazorla con el deseo claro de anular a Louis Bullock. La excelente defensa que practicó sobre el norteamericano, unida a una buena distribución de la bola, con ataques muy trabajados, trajo consigo un resultado alentador para el Menoría al final del primer cuarto (19-23). Precisamente, esos diez minutos se cerraron con un triple espectacular, canastón en palabras del propio Plaza, de Raúl López con la bocina repicando en las paredes de Vistalegre. Una jugada que se repetiría dos veces más y que para el técnico local resultó clave, pues les mantuvo dentro del encuentro.

Al descanso, 49-45 para los blancos, que tenían serias dificultades para romper el choque. La vuelta de los vestuarios significó un intercambio de canastas que permitió colocarse al Menorca de nuevo por delante en el electrónico (51-52). Sería la última vez porque el Madrid cambió de ritmo y le endosó a su rival un parcial de 12-0, gracias a la mano de Charles Smith y a la dirección de Raúl López. Ahí terminó el encuentro.

En la rueda de prensa, Joan Plaza elogió a su rival señalando que si mantiene la línea de juego demostrada esta mañana en Vistalegre estará un año más en la ACB. A su vez consideró excesivo el castigo recibido por el Menorca y reconoció que sus hombres jugaron con mucha menos intensidad de la que hubiese deseado en los primeros veinte minutos.