Hace más de una década, de la cantera del Joventut de Badalona, surgía un jovencísimo pívot con excelente muñeca y cualidades más que de sobra para jugar un importante papel en la ACB. Catorce años después de su debut en el Nou Congost de Manresa, el catalán acumula más de 250 partidos en la máxima competición y varias campañas en la LEB. Su palmarés recoge una Euroliga y una Copa del Rey con la camiseta del club de Badalona. Además, con el Tau participó en aquella mítica final de la máxima competición continental que acabaron perdiendo los vitorianos en 2001.

¿Qué queda de todo aquello? Más bien poco, si uno atiende al papel que Dani García desempeña en el Begar León. Tras el ascenso a la ACB, los leoneses respetaron el contrato del pívot, que expirará al final de esta campaña. Sin embargo, apenas ha disputado 15 minutos en lo que va de temporada, repartidos en seis partidos. Es obvio que el ex-verdinegro apenas cuenta para Aranzana, aunque conviene matizar ya que el técnico vallisoletano le suele emplear en los segundos finales de los primeros cuartos como pieza de juego exterior. Dani García aún conserva una buena mano desde el 6.25 y Aranzana recurre a él como posible tirador en una última jugada. Ya lo pudimos ver en el partido contra el Menorca cuando García, en lugar de acudir a la pintura, se abrió mucho al exterior en espera de la pelota. Ayer mismo, en lo poco que estuvo sobre la cancha del Madrid Arena tampoco pisó la zona. ¿Es Dani García un recurso muy puntual en el esquema técnico del León? A tenor de lo visto, sí.