"Ojalá me equivoque pero Hamilton no va a ser el mismo jugador que hace dos años. No está para jugar todo el partido ni para acumular muchos minutos durante la semana. Sin embargo, puede aportar cosas interesantes".
Joan Plaza declaraba esto hace un mes, después de que Hamilton reapareciese y volviese a sentirse jugador de baloncesto. Han pasado las hojas del calendario y parece ser que el técnico catalán estaba en lo cierto.
El pívot tiene una nueva función en el equipo: dar descansos puntuales a Felipe Reyes. En los últimos encuentros, tanto de liga ACB como de competición europea, Hamilton no ha jugado excesivos minutos, una cifra cercana a los diez, y siempre lo ha hecho de manera discontinua. Ese hecho responde a la necesidad de Plaza de dar aliento a su capitán, de no cargarle con más minutos de los que soporta. A ello hay que unirle una realidad a día de hoy que no es otra que Papadopoulos no juega por decisión técnica. Con un hombre alto menos en la rotación, las variantes se quedan reducidas y ahí es donde entra en juego el dorsal 45 de los blancos.
Frente a Kalise Gran Canaria, 4 minutos en los que capturó otros tantos rebotes y encestó tres puntos. Su punto débil fueron las faltas, ya que en ese corto espacio de tiempo estuvo a una personal de caer eliminado. Ayer tarde, frente al Efes Pilsen, 8 minutos y cuatro puntos en lo que supuso un relevo de ciertas garantías mientras que Reyes permanecía en el banco.
Por lo visto, la participación de Hamilton como recurso puntual, a la espera de ver qué pasa con Papadopoulos, no desentona demasiado.