A nadie le puede haber pasado inadvertido el paso adelante de Rod Blakney. El americano con pasaporte búlgaro (1.81, 36 años) llegó para reforzar la dirección del Cajasol y asegurar minutos de descanso a Satoransky, un fichaje temporero para estabilizar al equipo pero que ha explotado estos últimos partidos: si ya contra el Barça Regal tomó las riendas de un ataque gris para escaparse hasta los 10 puntos, ante el Real Madrid tiró de categoría para firmar 17 y en la ansiada victoria ante FIATC Joventut tampoco falló con 21, además de 2 rebotes y 2 asistencias, para los 21 puntos de valoración.
Atentos al acierto de su muñeca estos tres últimos duelos: 6/10 en tiros de 2, 9/12 en tiros libres y un todavía caliente 9/12 en triples. Registros con los que ha liderado a su equipo precisamente donde menos se le debería haber exigido, la anotación, y él aclara: "Me siento importante. Aíto me pidió que fuera más agresivo en ataque y lo estoy intentando. Normalmente paso más la bola e intento que todo el mundo se sienta más involucrado, pero ahora también es momento de buscarme buenos tiros".
Si atendemos a sus minutos en pista estos últimos partidos (14, 17 y 21) y los comparamos con los de su compañero en el puesto de base Tomas Satoransky (30, 30 y 28) descubriremos que a cada encuentro ha pasado de reforzar en la dirección a cargar con buena parte de las labores ofensivas. El director ha tenido que convertirse en anotador, de desatascar a golpear para compensar así el bajo rendimiento de los que deberían ejercer como artilleros exteriores, Tepic y Asbury, con las molestias físicas de Holland , además de intentar poner remedio al vacío interior que dejó la lesión de Latavious Williams.
Aquí ha ayudado su veteranía para demostrar cuánto cuenta la experiencia a la hora de salir adelante en situaciones complicadas y liderar, atendiendo sobre todo a la juventud que caracteriza al equipo sevillano. Él ha puesto la sangre, antes y después de la reacción ante la Penya. Así, si bien es verdad que no parecen haberse solucionado los puntos más débiles de su equipo (falta de potencia interior sin Williams, falta de compromiso por parte de jugadores que deberían ocupar un papel principal, falta de experiencia, al margen del acierto exterior de Bogdanovic recuperado ante su anterior equipo), su mayor protagonismo ha venido poniendo una luz que el sábado pasado terminó por encender el camino. "Siempre es un placer ayudar a un equipo joven y más en una situación como ésta. No tengo problema en asumir ese rol. Quiero ser un buen ejemplo para los jóvenes”, ha asegurado Blakney, y remarca: "Soy el más veterano de la plantilla y lo importante es que si yo trabajo y juego duro todos los demás lo harán también. Hay que dar ejemplo”.