La canasta de Sulejmanovic tras el salto inicial fue el único despiste defensivo de los jugadores murcianos en los primeros compases de juego. Sito Alonso parece haber reactivado la intensidad de su plantilla; Breogán sufría en cada posesión el azote físico de UCAM (2-7). Pero los gallegos nos tardarían en regresar al partido. Las limitaciones ofensivas de los universitarios daban oxígeno al conjunto local, que comenzaba a sumar con regularidad desde el tiro libre (11-9).

Con la segunda unidad en pista, Alonso encontró por fin el acierto exterior necesario. Radoncic, Rudez y Oleson construyeron un parcial de 2-12 que cambiaba el signo del encuentro antes de concluir el primer cuarto. Los visitantes mandaban en el marcador a pesar del triple final de Alec Brown (16-21).

Booker y Rudez volvieron a acertar desde más allá del arco y demostraron que su confianza iba en aumento. No sería suficiente. Los hombres de Lezcano castigaron con puntos fáciles la endeblez defensiva del banco pimentonero (25-26). Las gallinas que entran por las que salen.  

Volodymyr Gerun, con 15 créditos de valoración al descanso, brilló en el nuevo desconcierto visitante. La movilidad del ucraniano encontró sin piedad el camino al aro. Los nervios se iban adueñando del ataque foráneo y el colapso era algo más que una posibilidad (33-28). Solo el carácter de Ovie Soko y del omnipresente Sadiel Rojas rescataría la ofensiva de UCAM Murcia. Alec Brown cerraría el periodo golpeando de nuevo en el perímetro. El choque estaba más vivo que nunca (36-34).

La reanudación fue testigo de un nuevo intento de Café Candelas Breogán. El rebote ofensivo y el acierto de Arco o Cvetkovic amenazaron el equilibrio en el marcador (42-36). Sin embargo, los de Sito Alonso no tenían la intención de rendirse; la batalla estaba servida. Defensa a defensa ambos conjuntos endurecieron el juego y entraron en bonus. Murcia aguantaba en pie a pesar de sus problemas desde el 4.60. El buen hacer de Soko compensó la anotación de Brown (50-47).

Con el pívot norteamericano recobrando energías en el banquillo, el ataque lucense volvió a entrar en barrena. Askia Booker aprovechó el campo abierto para sumar de tres en tres y dejar las espadas en todo lo alto de cara al último periodo (54-55). Las acciones individuales del base de Inglewood volvían a ser una de las pocas armas de UCAM Murcia en pista contraria.

La presión iba a cobrar protagonismo definitivo en el momento de ambos equipos. No había duda, el que mejor apaciguara los nervios se llevaría un triunfo agónico. Breogán erró 4 tiros libres consecutivos, pero sobrevivió gracias al rebote de Gerun (60-57). En un escenario de brazos encogidos, las 16 capturas ofensivas de los locales eran un tesoro en forma de canasta. 64-63 a falta de 3:25 para la conclusión. Las inocentes faltas personales de Murcia mantenían a los de Lezcano por delante.

Cuando el talento individual de Doyle y Booker parecía ganar peso en el thriller de Lugo, un nuevo rechace de Gerun permitió a Arco anotar desde el 6.75 (71-68). La estocada sería definitiva; el catalán volvió a hurgar en la moral universitaria unos segundos después. Los puntos de Booker ya no eran suficientes para contrarrestar las segundas oportunidades gallegas. Conquista vital para un Café Candelas Breogán que mira el descenso con dos victorias de ventaja (77-73). UCAM Murcia consigue salvar el average particular pero suma su octava derrota consecutiva.