Tarde noche de domingo en el Palau para dilucidar la batalla de la segunda plaza. Eso sí, con el beneplácito, claro, de dos modestos como Obradoiro y Fuenlabrada, subidos a las barbas del vértigo de la clasificación y que disfrutaban desde el sofá con la satisfacción de los deberes hechos, enfilando Gran Canaria y deleitándose de cómo se pegaran estos trasatlánticos europeos para igualar sus flamantes bagajes en el primer cuarto de la liga. El capricho del calendario hacía repetir la brega en idéntico escenario apenas dos días después. Pero era casi lo único que se copiaba tras 48 horas. Mucho pedir para un Barça que combina partidos gloriosos con auténticas castañas otoñales. No le va ese vaivén a Valencia Basket que gana partidos desde la solvencia de su experiencia y el engranaje construido el año pasado y los pierde, sobre todo en Euroliga, por los glamoures de mejores presupuestos y la ristra de infortunios físicos que padece.
Hoy sí salía Green de inicio, después de su confusión de partido del viernes, aunque Dubljevic empezaba de nuevo con la sudadera puesta, con alguna molestia física, mejor que Abalde, eso sí, que ni comparecía. La primera canasta en la versión 2.0 de este duelo se hacía esperar y la hacía Pleiss en un alley oop, idéntica a la que haría un par de ataques después. Hoy no había frescura y claridad blaugranas y Valencia ensuciaba el partido para poner el 5-11 con seis puntos del germano. Las rotaciones no cambiaban mucho la dinámica para cerrar el primer cuarto en un paupérrimo 13-16. Nada que ver con el festival de viernes noche.
Koponen lideraba su rotación para dar la ventaja a su equipo al inicio del segundo cuarto, aunque Pleiss devolvía rápidamente la ventaja taronja tras sentar a un Dubljevic renqueante. No había hoy lugar para las florituras y los fuegos artificiales, pero sí para la defensa y la intensidad, que eso no lo negocia Sito Alonso. Con esas normas y aquellos mimbres hacía enfadar el equipo blaugrana a Txus Vidorreta que tenía que parar el choque con 23-20 en el minuto 15.
Poco cambiaba tras las afables palabras del técnico vasco a sus jugadores y a cada ataque se imponía más y más la defensa local y entre Sanders y Heurtel subían la ventaja por encima de los diez puntos (35-24). No olía aro Valencia Basket, agobiado nuevamente por el parapeto local y pedía campana de descanso para dejarlo en la pausa en 37-29.
Eran tantas las diferencias de viernes a domingo que al descanso era Tomic el máximo anotador de su equipo. En el caso de Valencia no se notaba tanto el trasvase de fin de semana y seguía anotando Pleiss, sin noticias de Green ni del resto de sus compañeros.
Gran circulación de balón del @FCBbasket para la canasta de Ante Tomic.#LigaEndesa
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— Liga Endesa (@ACBCOM) 19 de noviembre de 2017
Pero no quería repetir derrotas e imagen Valencia Basket y en la reanudación lavaba su cara para ponerse a dos puntos con otro mate de Pleiss. Sobrevivía a la reacción visitante el Barça con su otra arma preferida: dos triples de Sanders y Moerman mantenían por arriba a su equipo. Volvía de quién sabe dónde Green para ayudar a los suyos en este nuevo Valencia, aunque sus nueve puntos en este periodo sólo les daba para igualar parciales, pero eso sí, para dejar todo abierto para el cuarto final (58-52).
Se ponía curioso el partido con las embestidas de Valencia y las manoletinas de San Emeterio, aunque el mal cuidado del balón les hacía seguir por detrás en el acta. Se estiraba y se encogía la cosa, pero no conseguían bajar de los cuatro puntos de desventaja hasta que Green cogió su fusil para aprovechar los errores de Heurtel, enquistado toda la tarde en la relación con su entrenador y poner el 66-64 a 4:21 del final.
Hasta aquí le dio a Valencia. Nunca más llegó a estar tan cerca, en parte por la multiplicación de errores, propios y del rival y sobre todo por el músculo y la manita de Seraphin que sacaba todo su brío y clase para bailar a Pleiss y poner +7 a falta de 2:18 (71-64). Nueve puntos acumuló el francés en los últimos tres minutos, para llevar el partido a la butxaca local y regalar la segunda plaza a su Barça Lassa.