El partido comenzó con acciones ofensivas rápidas y fluidas, con el Valencia buscando sacar ventajas en el poste bajo, zona dominada por Thomas y Dubljevic. En el Granca los pequeños generaban juego pero buscaban la movilidad de Wiley para finalizar las acciones. Paulí con sus penetraciones frente a la defensa de San Emeterio y Matt Thomas, desde fuera, mantenían el buen ritmo de juego y anotación. La igualad se mantuvo con la entrada de las segundas unidades y se frenó el acierto ofensivo (26 a 23).

Cuatro triples (tres de Eriksson y uno de Strawberry), en menos de dos minutos, elevaron el nivel ofensivo del Herbalife, aumentaron la energía en el Gran Canaria Arena y obligaron a Ponsarnau a parar el partido rápidamente. Esto unido a una evidente mejora defensiva, llevaron la diferencia a guarismos significativos (38 a 23). Abalde con su defensa ante Eriksson y su anotación, apoyado en los puntos en la pintura de Tobey, lideró una pequeña reacción de los taronja, que sufría sin su referentes en pista. Hannah, Strawberry y Paulí, matuvieron el enorme caudal ofensivo del Granca, sin perder la tensión defensiva, que fue determinante (56 a 39).

Con dos triples (Tobey y Van Rossom) y un dos más uno de San Emeterio llegó de vuelta del descanso Valencia, dejando claro que iban a pelear por darle la vuelta a su pobre segundo cuarto. El Granca no se amilanó y con un gran juego colectivo, no solo cortaron la reacción de Valencia, también aprovecharon para marcar su máxima, con un triple lejanísimo de Paulí (74 a 50). El acierto exterior del Granca (13 de 19 en triples al término del tercer cuarto) y su gran defensa manenían a los valencianos lejos de poder pelear por la victoria, a pesar de los intentos de sus pesos pesados (Van Rossom, San Emeterio o Thomas) por meterse en el partido (88 a 64).

El alto nivel anotador continuó con el partido ya decidido, lo que permitió al Herbalife superar los cien puntos con más de seis minutos por jugar y a Eriksson meter su octavo triple. Ponsarnau repartió los minutos entres los jugadores menos habituales y los equipos se entretuvieron en un intercambio de golpes sin demasiado atractivo.