Dos equipos envueltos en dudas se daban cita frente a frente en el Fernando Buesa Arena esta noche. En el conjunto local, la herida sufrida el pasado jueves frente a Maccabi de Tel Aviv todavía seguía abierta, tras haber recibido la mayor paliza de la historia de la institución en el Buesa Arena. Por ello, los hombres de Perasovic, todavía en la UCI, necesitaban vencer a Fuenlabrada y convencer a su afición en modo de puntos de sutura, para tratar de olvidar una derrota que hizo muchísimo daño. Por su parte, Fuenlabrada llega con una plantilla todavía en reconstrucción. Un roster con constantes idas y venidas, con altas y bajas sin encontrar estabilidad. La gran noticia para los madrileños es la incorporación para toda la temporada de Alex Urtasun. El navarro ha sido la gran sensación del equipo desde que llegó con un contrato de tan solo un mes de duración.

Al igual que el otro día, Baskonia comenzó con dudas. El enfermo parecía no haberse recuperado por completo, pero aun así el marcador indicaba igualdad. La diferencia, en cambio, era evidente debido al equipo que tenían en frente. En Euroliga Maccabi realizó el mejor partido posiblemente de su última década, donde le salió absolutamente todo. Pese a ello, Fuenlabrada tenía las ideas muy claras, jugaba con seguridad y sabía como y donde hacer sufrir a Baskonia. La superioridad en el rebote y los puntos de segunda jugada hacían que Fuenlabrada llegase al final del tercer cuarto con 19-20 a su favor.

Un parcial inicial de 1-8 ponía el 21-28 en el marcador y hacía que Perasovic estallase en colera, pidiendo un tiempo muerto visiblemente enfadado con lo que veía sobre la cancha. El ‘time out’ no causó mucho efecto, y rápidamente el técnico croata tuvo que encomendarse a su mejor hombre. Con 22-31 y cuando el ‘run-run’ se extendía en las gradas del Buesa Arena, Toko Shengelía llegó al rescate. El georgiano, con 14 puntos ya en su haber particular, ponía a su equipo a tan solo 3 puntos de diferencia. Sin embargo, Baskonia es solo Shengelia y nadie más que Shengelia. Un jugador no pudo hacerlo todo, y en Fuenlabrada volvió a adueñarse de todos los ámbitos del partido para mandar el partido al descanso con un 35-41 favorable a los madrileños.

 Tras el paso por vestuarios, el mismo guion. Un Baskonia apático, sin ideas, estático y que solo encontraba salidas en Tornike Shengelia. En frente, un ‘Fuenla’ crecido y dominante en todos los aspectos. Una fantástica transición ofensiva de los madrileños termino en triple y máxima diferencia para los visitantes. Perasovic pidió tiempo muerto y en el Buesa se escucharon algunos pitos a su equipo. Sonido de viento que indicaba que a la parroquia vitoriana no le gustaba lo que veía sobre el parqué. Los vitorianos no salían del ostracismo, y a falta de un minuto para terminar el tercer cuarto Fuenlabrada consiguió un +15 que hizo que sonaran todas las alarmas.

Casi ‘in extremis’ Baskonia encadenó varias acciones de mérito, con un 2+1 de mucho coraje de Polonara y un triple lejano de Henry. Pero, ahí apareció sobre la bocina Karvel Anderson para mandar el partido al último cuarto con 55-64 tras un triple sobre la bocina.

El último cuarto comenzó con Perasovic jugándose un órdago. Al igual que en el partido contra el Betis, donde con el partido en contra, el Baskonia le dio la vuelta con Shengelia y Polonara juntos. Con este panorama, y dada la situación Baskonia se vio obligado a jugarse el partido a todo o nada. La grada apretaba desde los asientos y los hombres de Perasovic mordían sobre el parqué, conscientes de la hecatombe que podría significar perder este partido. Por enésima vez, Toko Shengelia se vistió la capa de ‘superheroe’ y llevó a su equipo hasta las cifras de su adversario en el marcador. Cuando más quemaba el balón, Alex Urtasun apareció para hacer lo que mejor sabe hacer; anotar. El navarro, con un triple lejanísimo, dejó helado a todos los presentes en el Buesa Arena. El tiempo no dio para más y Baskonia murió en la orilla. Segunda derrota seguida, y de forma muy dolorosa. Game Over…