A las 19:15 se dio el pistoletazo de salida a la temporada de Kirolbet Baskonia y Movistar Estudiantes en el Fernando Buesa Arena. Cuando todavía muchos aficionados no habían encontrado acomodo en la grada, llegó la mala noticia de la tarde.  A los dos minutos de haber comenzado el choque, Jayson Granger caía lesionado del tobillo. Cuando parecía que por fin el ‘playmaker’ uruguayo había superado su particular ‘viacrucis’ de lesiones, mazazo a las primeras de cambio. Su imagen llorando a moco tendido en el banquillo era desoladora. En lo que al juego se refiere, el primer periodo sirvió para que los visitantes mostrasen sus credenciales.  A los mandos de Kenny Kadji y, sobre todo, Dario Brizuela, el conjunto estudiantil lograba engancharse con uñas y dientes al partido. En frente, un acertado Toko Shengelia se consumaba como líder ofensivo del equipo, además de las buenas sensaciones mostradas por el flamante fichaje vitoriano Pierriá Henry. Así las cosas, al término de los primeros 10 minutos Baskonia dominaba por una ligera ventaja; 22-16. 

Tras el primer descanso y los primeros ajustes tácticos, los hombres de Aleksandar Dzikic salieron con las cosas mucho más claras. La solidez defensiva y la clarividencia en ataque se convirtieron en el ABC de los madrileños, que consiguieron darle la vuelta al marcador (31-37) y meter el miedo en el cuerpo a todos los baskonistas. Cuando el sudor frío ya recorría el cuerpo de más de uno, Shengelia seguía en modo superlativo siendo quien sostenía al equipo, y reafirmándose como principal, y casi única, opción ofensiva hasta el momento. Los vitorianos lograban reponerse y daban la vuelta al choque, gracias a hacerse con el monopolio del rebote y encomendándose a su faro ofensivo, que no podía ser otro que el georgiano Tornike Shengelia. Dangubic y Pressey, con sendos triples consecutivos, permitieron llegar al descanso con una igualdad máxima en el electrónico (47-46).

Sonó la campana y comenzó el tercer “round” del particular combate de boxeo entre Tornike Shengelia y Darío Brizuela. Con un intercambio de golpes sensacional, ambos jugadores lideraron a sus equipos con 14 y 15 puntos respectivamente en los primeros 20 minutos.Sin embargo, quien salió más enchufado fue el capitán baskonista, que con 5 puntos consecutivos puso a su equipo con una ligera ventaja de nuevo (+6). En el ecuador del tercer cuarto llegaron las vacas flacas para los visitantes. Baskonia implantó un nivel físico y un ritmo vertiginoso al cual Movsitar Estudiantes no podía llegar. En este punto emergieron las figuras de Micheal Eric y Patricio Garino, ambos con una macha más que el resto en ataque y en defensa. Pero sobre todo, Luca Vildoza. El ‘playmaker’ argentino dio toda una lección magistral de dirección, control y derroche de talento. Pierriá Henry, con un final de cuarto inspirado, puso tierra de por medio para dejar en 12 la diferencia al término de los 30 minutos (74-62).

El último periodo comenzó con un pequeño intento de acercamiento del conjunto estudiantil, pero esas opciones se disiparon rápido con una gran canasta de un inspirado Pierría Henry y un triplazo de Vildoza desde 9 metros sobre la bocina. Movistar Estudiantes definitivamente tiró la toalla. Ondearon bandera blanca ante un Baskonia que estaba absolutamente desatado. Un Pierriá Henry que parecía llevar años jugando con estos jugadores, se entendía a las mil maravillas con todos ellos, y dejaba “highlights” para deleitar a su parroquia. Este último cuarto fue de disfrute absoluto para los locales, y una tortura sin final para los visitantes, que no les quedaba otra que observar atónitos el vendaval de juego coral que les venía encima.  Finalmente, el partido concluyó con un abultado 105-82.