Entraba al duelo más dramático de lo que va de temporada con mayor tensión el conjunto local, que imprimía velocidad a sus ataques en las piernas de Tomás Bellas y que encontró apoyos en las alas de Anderson y Brown, pero no acierto ante un Betis que se mantuvo en todo el momento enganchado en el electrónico desde su acierto exterior, frente a una defensa, la local, que se perdía en cuanto había algún intercambio ayuda, dejando mucho tiros liberados en el lado débil. Ese síntoma lo supieron leer primero Sipahi, sobre el parqué y luego Segura, que quiso hacer daño con la entrada de Almazán en el ‘3’ cuando Cuspinera sentó a Brown y comenzó a dominar tanto los cristales como la pintura a través del trabajo tanto del alero como de el recién llegado Jordan. Con esos ingredientes abrió brecha el conjunto de Segura yéndose a un parcial de 4-13 en la segunda mitad de cuarto.

Aunque el segundo cuarto no sirvió para que Fuenlabrada aumentara su acierto, congelado en torno al 36%, sí que les sirvió a los locales para controlar algo mejor los intercambios y hacer que Betis disminuyera su acierto del descomunal 64% de los primeros 10 minutos al 48% con el que llegaba al descanso. Las rotaciones le dieron aún más energía a Betis especialmente con Borg y con un Whittington que siguió liderando la anotación y que terminaría siendo el más constante en ese apartado en los visitantes. Por Fuenlabrada, Karvel Anderson encontró el primer acierto de los suyos desde más allá de los 6.75, pero los locales seguían acumulando errores en el tiro más propios de los nervios que de que fueran malas situaciones. Esto terminó provocando que la brecha se abriera por primera vez por encima de los dobles dígitos.

Fuenlabrada había despedido el segundo cuarto con bastantes dudas, pero sería la reanudación en el tercero la que terminaría por dejarle casi fuera del partido. Los de Cuspinera siguieron probándose desde el triple, pero ahora aparecería una ansiedad que les llevó a seleccionar peor sus lanzamientos, a dejar más espacios a sus espaldas y a que la bola se hiciese cada vez más grande, desarrollando peor sus ofensivas de manera paulatina hasta que lo que comenzó a predominar fue el bote y no el pase, con tal solo una canasta asistida en todo el tercer período, llegando a 6 frente a las 12 de los visitantes, que mantendrían esa línea hasta doblarles en ese apartado en los números finales (17 asistencias por 8). La iniciativa local la agarraba Marc García, que sumaría 7 tantos en ese tercer período y un Mockevicius que había quedado fuera desde sus primeros 4 minutos como titular, mientras que en el Betis seguía habiendo una aportación colectiva que en la segunda mitad tuvo como protagonista de nuevo a Whittington y Borg, pero también a Obi Enechonya o a un Slaughter que acertó en los momentos decisivos.

El último cuarto se desarrollaría en su mayoría en los mismos términos, con un Betis que volvía a dominar y que llegó a igualar la máxima de su tercer cuarto, 18 (41-59 y 59-77) antes de que Fuenlabrada se terminara por lanzar a la desesperada para restar puntos en el basket average. Planteó Cuspinera una defensa en toda la pista con unos especialmente brillantes Marc García y Tomás Bellas que le permitieron sumar un 10-2 de parcial en apenas minuto y medio (69-79). Segura daba en ese momento entrada a un Albert Oliver que decidía el partido desde la no-pérdida, superando la presión para encontrar en la esquina primero a Whittington y luego a AJ Slaughter, que cerraban el partido con sendos triples.