30 años han pasado ya desde el nacimiento de la actual ACB. Durante estas tres décadas hemos disfrutado en nuestras canchas de las dos mejores generaciones de jugadores españoles (la que logró la medalla de plata en los JJOO de 1984 y la que durante el presente siglo ha llenado de oros el palmarés de la selección), además de otros grandes que no pueden enmarcarse en esos grupos pero que han dejado su nombre en el libro de oro del nuestro deporte, como Herreros o Alfonso Reyes. Sin embargo, el tiempo no ha sido justo con otros jugadores nacionales que han sido o que son muy importantes en nuestra liga pero que siempre han quedado en un discreto segundo plano mediático a la sombra de las estrellas de la ACB.

Hemos realizado un repaso a estos 30 años de Liga para recopilar otros tantos nombres de jugadores españoles que merecen ser reconocidos y recordados. Son los 30 nacionales infravalorados de la ACB.

En esta primera entrega te ofrecemos los primeros 10 nombres, en orden alfabético, de la lista que proponemos:

 

ALLER, MANUEL (OAR Ferrol, 1983-94, CB Salamanca 1994-95)

Nacido en 1963, este escolta-alero de 1.92 de estatura y más conocido como "Manolito" fue el santo y seña, el hombre franquicia, del añorado OAR Ferrol durante los ochenta y parte de los 90. En el equipo gallego transcurrió prácticamente toda su carrera profesional, excepto una temporada en el CB Salamanca en su ocaso como jugador. Haciendo una sociedad perfecta con Ricardo Aldrey, fue uno de los mejores anotadores nacionales en ACB durante muchos años, llegando a alcanzar los 18.9 puntos por encuentro en la campaña 1988-89. 

A pesar de ser internacional hasta en 19 ocasiones e incluso participar con la selección española en el Eurobasket 1989, su reconocimiento jamás llegó a los niveles de los Epi, VIllacampa, Sibilio y compañía. 

ARCEGA, JOSE ÁNGEL (CAI 1983-96, Baskonia 1996-97, Cáceres 1997-01) 

Base de 1.84 nacido en 1964, siempre a la sombra de su hermano Fernando, Jose Ángel Arcega es todo un histórico de la ACB por haber superado los 12.000 minutos en pista y las 750 recuperaciones.

Carrera longeva y media vida en el CAI Zaragoza, donde acabó siendo una institución. Un base muy fiable, con buena muñeca en ataque y rápidas manos en defensa. Un clásico de nuestro basket que siempre estuvo un peldaño por debajo de la elite y de los elegidos para la gloria.

CAZORLA, CARLOS (Baskonia 1995-98, Fuenlabrada 1998-2002, Caja San Fernando 2002-07, Menorca 2007-08, Alicante 2009-11)

Escolta de 1.97 de la generación de 1977, Carlos Cazorla representa como pocos al hombre en la sombra, el juagdor imprescindible para el entrenador con el cometido de hacer el trabajo sucio para que las estrellas del equipo puedan brillar. Promedió apenas 4.4 puntos por choque en sus 485 partidos en ACB, pero su aportación en intangibles va mucho más allá de la fría estadística.

Formado en la cantera de Saski Baskonia, es un clásico moderno de nuestro basket cuya, en muchas ocasiones, ingrata labor fue reconocida por aficionados, compañeros y técnicos. 

CLAVERO, EDUARDO (Granada 1986-88, 1990-91, Pamesa Valencia 1988-90, Juver Murcia 1991-93)

Alero donostiarra de 1.94 nacido en 1963, fue de esos anotadores de segunda línea cuya labor fue muy apreciada, sobre todo, en Granada. Lideró el Oximesa en su ascenso a la ACB y durante varias temporadas fue de los mejores artilleros nacionales defendiendo los colores del club de Albolote. Llegó a alcanzar los 14.4 puntos de media en la campaña 1987-88. 

Desde Granada dio el salto a un proyecto emergente como Pamesa Valencia para volver una temporada a tierras andaluces y desde ahí fichar por el Juvee Murcia, donde durante un par de temporadas sería el líder nacional de los pimentoneros. Acabó su carrera en categorías menores.

Buen físico y una muñeca que fue ganando enteros con el tiempo. Un clásico de la Serie B del basket español con gran instinto anotador.

COSTA, QUIM (Licor 43 1983-86, FC Barcelona 1986-90, Girona 1990-92, Joventut 1996-97)

Base de 1.84 nacido en 1957, fue un base sobrio, serio y auténtico especialista defensivo (mejor ladrón de la liga en 1984-85 y 1985-86, la Revista Gigantes lo nombró mejor jugador defensivo de la ACB en 1988 y 1989). Siempre a la sombra de las estrellas del equipo, formó con Nacho Solozabal un tandem de 5 estrellas en la dirección del juego del Barça durante la segunda mitad de la década de los 80. Precisamente con los azulgranas se alzaría con 4 ligas ACB, 3 Copas del Rey y 1 Copa Korac. 

71 veces internacional absoluto, su inteligencia en la pista se ha extendido a los banquillos. Una vez colgadas las botas, ha desarrollado una carrera como técnico que ya cuenta con dos décadas de experiencia.

DAVALILLO, J.J. (Baskonia 1983-84, Caja Bilbao 1986-89, Murcia 1990-91, Granada 1991-92)

Xabier Jon Davalillo, exterior de 1.93 nacido en 1960, fue otro de esos anotadores nacionales de segunda línea que ofrecieron sus servicios en ACB con un rendimiento óptimo durante muchos años.

El bilbaíno, tras debutar en ACB con Baskonia, fue parte importante de la efímera gloria de Caja Bilbao, club con el que firmaría casi 15 puntos por actuación en la temporada 1987-88, siendo el tercer espada del equipo tras los inolvidables Lockhart y Kopicki. Más anotador que tirador y con gran inteligencia para saber aprovechar la mínima ocasión para anotar dos puntos, "Rambo" Davalillo también dejó muy buen sabor de boca en Murcia y Granada. Tras colgar las botas, fue durante años presidente del nuevo y exitoso proyecto de baloncesto de elite masculino en la capital vizcaína: el Bilbao Basket.

DIAZ, JOSE LUIS "INDIO" (CAI 1983-89, VALENCIA 1989-93) 

Alero de 1.95 de estatura nacido en 1959, jugaría en el Tempus, Real Madrid e Inmobanco en la Primera Nacional antes de empezar la andadura de la recién nacida ACB con el CAI Zaragoza. Con los maños se llevaría la Copa del Rey de 1983-84 y fue durante un lustro uno de los referentes de su equipo antes de serlo, en sus últimos años de carrera, en el Pamesa Valencia.

Sumó 318 partidos en ACB (a los que habría que añadir sus temporadas en 1ª Nacional) con una extraordinaria media de 14.7 puntos por actuación, con unos porcentajes extraordinarios para un jugador exterior: por encima del 40% en triples y del 50% en tiros de dos. En la campaña 1991-92, un año antes de su retirada, llegó a promediar 18.2 puntos, 2.9 rebotes y 3.6 asistencias. Un pura clase. 

GARCÍA, LALO (Valladolid 1988-2001)

Escolta 1.87 nacido en 1971, Lalo García forma parte para siempre de la historia del baloncesto de elite en Valladolid. Disputó 389 partidos en ACB con el CB Valladolid en 13 temporadas. 

Jugador muy bajo para su posición, contrarrestaba esta falta de centímetros con su velocidad, potencia de piernas y mucho corazón. Más penetrador que tirador, García fue líder espiritual del CB Valladolid durante muchos años y referente nacional en la anotación sobre todo durante la mitad de la década de los 90, compartiendo equipo con Osca, Fetissov… En su mejor temporada, la 1994-95, promedió 13 puntos, 3 rebotes y 2.2 robos. 

GONZÁLEZ, GERMÁN (Manresa 1983-84, Caja de Ronda 1984-85, Caja Canarias 1986-1991)

Este escolta albaceteño de 1.89 nacido en 1954 comenzó su andadura en la recién nacida ACB ya rozando la treintena y con una carrera ya extensa en el basket español de máximo nivel (fue campeón de la Korac con el Joventut). En plena madurez de su carrera, firmaría una serie de temporadas espectaculares, sobre todo en el Caja Canarias. 

Fue durante la segunda mitad de la década de los 80 uno de los mejores anotadores nacionales de la ACB y uno de los primeros especialistas desde el 6.25, sumando más de 100 intentos desde la distancia por temporada rondando el 40% de acierto. En la campaña 1987-88 se iría nada menos a los 20.5 puntos por partido. Una auténtica metralleta de leyenda con una barba inconfundible.

HERNÁNDEZ, JUAN ANTONIO (Real Madrid 1985-86, Huesca 1988-94, Gijón 1995-96)

Apodado "Vallecas" por el popular barrio madrileño del que procedía, este bravo alero de 1.94 nacido en 1966 representó la tan necesaria tercera pata de todo club nacional que quisiera ser competitivo: el anotador nacional que pudiera complementar a la pareja norteamericana que llevaba la voz cantante en ese aspecto.

Cumplió con ese rol a la perfección en el inolvidable Huesca de los Jackson y Hall entre finales de los 80 y primera mitad de los 90 tras el ocaso de la estrella de Joan Pagés. Jugador dinámico, intenso, de los que contagiaba su energía al público, superó la decena de puntos anotados durante varias temporadas consecutivas. Su nombre siempre irá unido a un club muy añorado en la ACB.