Casi parecía cerrada la plantilla de Cajasol Banca Cívica para disputar la temporada 2011/12 cuando la prensa griega asoció a Milenko Tepic con el club sevillano. El jugador, que parecía más fuera que dentro del Panathinaikos, estaba disputando un buen Eurobasket con Serbia, eliminada en cuartos de final ante Rusia, y terminaría el campeonato con una media de 8.3 puntos, 3.4 rebotes y 1.9 asistencias por partido (8.3 de valoración) además de una notable dirección para una selección que demostraba rebosar talento. Con el equipo griego, sus números y participación habían bajado respecto a su equipo anterior, el Partizan (de 10 puntos, 3.4 rebotes y 2.4 asistencias a 5.9, 2.2 y 1.4 respectivamente en su primer año, y 8.4, 2.8 y 2.2 el segundo) sin por ello perder su condición de pieza interesante en Europa. El rumor sería bien recibido por una buena parte de los aficionados cajistas, y fue cogiendo fuerza hasta que finalmente firmó dos temporadas con el club sevillano.

Llegaba un jugador talentoso que elevaba el nivel general de la plantilla y se cerraba una negociación que desde el propio club se calificó como dura. Sobre las expectativas, Leo Chaves, director general del club hispalense, despejó las dudas: “tenemos muchas esperanzas en él”. La incógnita estaba en la posición. Con 2.02, ofrecía una gran versatilidad, que sin embargo no terminaba de ubicarlo. Los roles y la titularidad a priori parecían claros sin incluir al nuevo fichaje: Calloway y Satoransky en el puesto de base, English y Urtasun en el de escolta y Jasen y Sastre como aleros, si bien se esperaba que las lesiones retrasaran el inicio del primero y el último de la lista. Con el especial caso de Sastre, que todavía no se ha estrenado esta campaña, se entendía que Tepic podía altenarse en los puestos de 1, 2 y 3, incidiendo sobre todo en este último y la dirección, y así restaba apuros al banquillo mientras se recuperaba el ganador del oro de la Eurobasket U20.

10 jornadas después, el rendimiento de esta perla parece saber a poco. De su mejor actuación en Murcia con 12 puntos y 4 rebotes al -6 de valoración ante el Real Madrid, sus apariciones empiezan a resultar testimoniales o, al menos, lejos del nivel esperado. Pregunta habitual en las ruedas de prensa tras el partido en San Pablo, Joan Plaza no tardó en pronunciarse y recordar que ha sido el último jugador en llegar: "Es una persona que trabaja para el equipo, nos da un plus en muchas de las situaciones. Sus números habituales probablemente se moverán entre los 8 y 10 puntos y 3 o 4 rebotes, 2 y 3 asistencias. Tenemos un trabajo por hacer".

Según marcan las estadísticas, el serbio sólo ha alcanzado estos números en una ocasión (contra el UCAM Murcia) y los 8 puntos ante el Assignia Manresa. Dejando a un lado el puesto de base, la irregularidad de English no le ha hecho ganar ventaja en las rotaciones y tanto Urtasun como Jasen parten con preferencia y tienen un peso mayor en defensa y en ataque, acumulando 24 y 23 minutos respectivamente. 

Con una media de 17 minutos por partido y presente tres veces en el quinteto titular, el escolta serbio no resta a la dirección, pero apenas suma a pesar de que Plaza declarara a la prensa que iba a contar con mayor libertad que en Grecia. Actualmente acumula una media de 3.9 puntos por partido, y bajos porcentajes de acierto: 33% en tiros de 2 y un 9% en triples (fruto de un 1/11). Sí cumple desde el tiro libre, donde ofrece un 74%. En cuanto a los rebotes, la media indica 2.2 por partido, penúltimo puesto y sólo por encima de Calloway en el equipo. 

Entrando ya en un apartado que debería acercarse más a su perfil de jugador, ofrece 0.8 asistencias por partido, superando sólo a Triguero y Guille Rubio, jugadores interiores. Todos estos datos dejan una media total de 2.1 puntos de valoración, la más baja del conjunto sevillano. En cuanto a la dirección del juego, no ha sido habitual verlo hasta ahora en los momentos más comprometidos, ni los mejores minutos del Cajasol Banca Cívica.

A pesar de estos números, también cuenta la actitud del jugador, que no suele esconderse en pista, y la confianza del técnico, que no parece haberla perdido y apela a todo aquello que no reflejan las estadísticas. Sin embargo, aficionados y medios de comunicación sí parecen impacientarse por el final de este proceso de adaptación, a la espera de contemplar algo de ese brillo que justifique su categoría. Con más de media liga por jugar y la potencial mejoría que ofrecen sus 25 años, todavía tiene tiempo para sacar su mejor cara y ganársela a la paciencia. Tal vez siga el camino de otro serbio que pasó dos años en Sevilla y no despertó hasta el segundo para convertirse en jugador revelación, Dusko Savanovic.