Cualquiera que vea el juego y rendimiento de Río Natura Monbus este año, se da cuenta que el equipo no está hecho, que las piezas no están ajustadas y que poco tiene que ver con aquel equipo rocoso y difícil de ganar de la temporada pasada.En las siguientes líneas trataremos de analizar las distintas causas que creemos pueden influir en el cambio de cara que está mostrando el equipo santiagués en esta temporada.

La estadística pocas veces miente, más bien casi nunca, y suele ser un reflejo de los problemas o virtudes de los equipos. Un primer análisis deja bien a las claras que el equipo presenta problemas defensivos evidentes. Si bien el ataque se mantiene al nivel del año pasado (75,67 puntos por partido frente a los 75,17 de la temporada anterior) donde se da la principal diferencia es en la defensa (83,33 puntos recibidos por partido frente a los 73,73 de la 2012-13. Ni que decir tiene que 10 puntos más por partido son muchos puntos para un equipo que básicamente juega a encajar en el entorno de los 70.

Está claro que básicamente el problema se ciñe a que se trata de un equipo nuevo, ya que han emigrado de Santiago cuatro de los pilares de los logros de la temporada pasada (Levon Kendall, Andrés Rodriguez, Robbie Hummel y Salah Mejri), además del norteamericano William Buford, si bien éste ofreció un pobre rendimiento para lo que se esperaba de él. Estos jugadores se han enrolado en equipos de primerísimo nivel, lo que demuestra los buenos resultados que dieron en la capital gallega y que les han valido para tener un caché con el que ni soñaban cuando llegaron a Compostela.

Jugadores que han sido sustituídos por otros más noveles, sin experiencia europea en algunos de ellos, y que todavía no han asimilado los complejos sistemas defensivos de ayudas de Moncho Fernández. Jugadores que no conocen como pitan aquí los árbitros, mucho menos permisivos con los contactos, lo que les hace cargarse rápidamente de faltas personales. Jugadores a los que todavía el Miudiño no les ha calado lo suficiente para darse cuenta que Sar es diferente, que la magia que desprende su afición es muy especial. Decía Moncho Fernández ( y lo hizo a través de Twitter con todas las nuevas incorporaciones) que les enviaría a los nuevos un vídeo del Miudiño para que se dieran cuenta de que aquello era especial y diferente, esperemos que poco a poco les vaya enganchando.

Moncho Fernández, en rueda de prensa tras el partido contra CAI, reconocía que están teniendo muchos problemas en los ajustes defensivos tras bloqueo directo central. Aunque el técnico de Pontepedriña no ha dado nombres, tanto Vassilis Xanthopoulos como Nick Minnerath, uno en la salida del bloqueo y otro en la continuación de la ayuda, no están ofreciendo un buen rendimiento en este apartado concreto, y tanto en el partido de Manresa, como en la primera mitad del partido de Cai Zaragoza, los rivales encontraron auténticas autopistas en el centro de la defensa planteada por el equipo del Fontes do Sar.

Otra posible causa es que el equipo no tiene la intimidación defensiva de la que hacía gala el año pasado con el tunecino Salah Mejri. Si bien Mike Muscala está ofreciendo un muy buen rendimiento en ataque, con unos números destacados (17 puntos, 7,3 rebotes y 6,3 faltas recibidas para 19,3 puntos de valoración), en defensa no es ese jugador duro e intimidador que es Mejri. Está claro que esto no es solo achacable a Muscala, ya que los otros interiores (Delas y Minnerath especialmente) no son tampoco jugadores rocosos ni intimidadores en defensa, lo que hace que el equipo santiagués no sea dominante en la pintura como lo era antaño.

Otro factor determinante que puede explicar el bajón compostelano, si bien como indicábamos mantiene las cifras de anotación similares al año anterior, es la baja forma que está presentando Alberto Corbacho. Alberto es un jugador que arma el brazo rápidamente, pero quizá no está recibiendo bloqueos de calidad para desarrollar su juego y que le permita tener ese medio segundo necesario. Este año está siendo más vigilado también que otros años, ya que es un jugador más conocido y cuya buena temporada le llevó a ser preseleccionado para el Eurobasket de Eslovenia, si bien fue el primer descarte de Orenga. Los equipos saben que anulando la anotación del mallorquín, el equipo del Alquimista de Pontepedriña baja enteros en fluidez ofensiva. Es su jugador franquicia y Obradoiro le necesita como el comer.

La dirección del equipo también presenta sensibles diferencias con respecto al año pasado. Mientras Andrés Rodríguez era el máximo asistente de la competición y el equipo jugaba de memoria, el griego Vassilis Xanthopoulos está teniendo problemas de adaptación, si bien es cierto que una lesión a finales de pretemporada le ha hecho llegar un poco justo de preparación. Defensivamente está presentando problemas con sus pares, especialmente en la defensa del bloqueo central, y en ataque no está encontrando un ritmo en el que el equipo se encuentre cómodo. Es pronto para hacer comparaciones, sería injusto, pero Vassilis es un jugador con una tremenda experiencia en equipos importantes y debería marcar diferencias. De lo contrario le ganará la partida el brasileño Rafa Luz, que ha demostrado una progresión evidente en el poco tiempo que llevamos de temporada, ya que a su habitual intensidad está demostrando un aplomo en el juego que ha hecho que los mejores minutos de los santiagueses hayan sido con él al timón del equipo.

Mucho por hacer, pero la mejoría mostrada en el segundo período del partido ante CAI Zaragoza hace albergar esperanzas a la afición de Sar de que ha sido un mal comienzo, pero quizá necesario para engrasar las nuevas piezas del motor compostelano, un motor que hasta ahora, y desde que Moncho Fernández está al mando del taller, siempre ha demostrado una fiabilidad como pocos.