Gran noticia para todos los seguidores baskonistas la anunciada hoy por el club: Velimir Perasovic, técnico del Laboral Kutxa Baskonia, ha sido renovado por una temporada más y permanecerá en el club gasteiztarra, al menos, hasta el verano de 2017. El club presidido por Josean Querejeta ha valorado la gran labor realizada hasta ahora por el técnico croata y, sin esperar al final de temporada, ha decidido activar automáticamente la clausula que le permitía la renovación por un año más.

En la rueda de prensa previa al choque de Euroliga que enfrentará este jueves al Baskonia con el Zalgiris Kaunas, Perasovic ha mostrado su satisfacción por seguir un año más en Vitoria-Gasteiz. “Yo tenía un contrato de un año más uno, y el club ha renovado automáticamente. Muy bien, estoy muy contento”.

La "revolución" Perasovic

Al hablar del Laboral Kutxa Baskonia de esta temporada el primer nombre que surge es el de Ioannis Bourousis. El impacto del griego es indiscutible, pero no es la única razón del exitoso devenir baskonista. Por encima de todos los nombres posible está el de un técnico que cumple su segunda etapa como entrenador en Vitoria-Gasteiz: Velimir Perasovic. El técnico de Split ha conseguido en tan solo unos meses romper con la dinámica negativa instalada en el club desde la  precipitada salida del Duisko Ivanovic en otoño de 2012.

El cese del técnico montenegrino abrió una brecha en el barco azulgrana que no hizo más que crecer. Plantillas fallidas con "capitanes de barco" desnortados parecían llevar al naufragio a club gasteiztarra. Allí donde fallaron Tabak, Scariolo y Crespi, Perasovic ha acertado con sus decisiones.

Tras un arranque exitoso, Zan Tabak perdió el control del vestuario y esa fue su tumba. Su sucesor, el últimamente excesivamente loado Sergio Scariolo, casi ni compareció. O no supo, o no su capaz, o no quiso gobernar un vestuario que aun soñaba con viejas glorias. Su indolencia fue de todo menos profesional y eso se contagió en unos jugadores que nunca llegaron a creer en él. Finalmente, Marco Crespi llegó con idea de dar un giro a todo lo vivido en la última década en el Buesa Arena (cambiando el férreo carácter balcánico por un juego más anárquico y elástico) pero ni sus fichajes funcionaron ni él supo implicar a su plantel. A Ibon Navarro poco que reprocharle. Con una plantilla totalmente renovada en navidades, el técnico gasteiztarra cumplió, aunque tal vez le faltó un poco valentía (achacable, como claramente está demostrando en Manresa, a la forma en la que heredó el equipo).

El anuncio del fichaje de Velimir Perasovic, que en 2006 había salido del club de una manera extraña, traía tantas esperanzas como dudas. Su perfil, heredero de la más férrea escuela balcánica, parecía perfecta para enderezar el rumbo de un barco en zozobra, pero a la vez parecía no encajar con el perfil de una plantilla en la que la implicación no parecía una prioridad.

Las renovaciones de Darius Adams y Mike James desconcertaron aun más, ya que no parecían el prototipo de bases ideales para el técnico croata. La plantilla que se completaba con dos bregadores como Darko Planinic y Jaka Blazic, trabajadores aunque no exentos de calidad. La precipitada salida de Anosike y la llegada de un denostado Bourousis no mejoraban las expectativas.

Grave error de apreciación.  Allí donde todos veíamos un plantilla anárquica (empezando por los bases), Peras vio un grupo de jugadores con un margen de crecimiento incalculable. Allí donde todos veíamos dudas, el vio posibilidades.

Ayudado por la gran labor de capitán que está ejerciendo Fabien Causeur desde pretemporada, promoviendo la integración y la implicación de todos sus compañeros, Velimir Perasovic ha construido un EQUIPO. Así, con mayúsculas. Ha sido capaz de "domar" a dos bases como Adams y James potenciando sus virtudes (incluso reconvirtiendo a Mike James su base más "éstatico"), ha recuperado al mejor Hanga (que parece estar en todas partes) complementándolo con la muchas veces silenciosa labor de Causeur y Blazic, y ha conseguido recuperar al mejor Bourousis de siempre. Todos ellos acompañados de unos Tillie, Diop o Shengelia que han cumplido siempre son su trabajo.

Peras no ha hecho ningún milagro, la plantilla no está exenta de calidad, pero si ha conseguido que, un otrora transatlántico a la deriva como era el Baskonia, vuelva a sus orígenes. Nada de experimentos con burbujas. Solo implicación, trabajo y carácter. Si, carácter. Él vivió los orígenes de los años gloriosos del club, y eso se nota. Él ha mamado el tan cacareado dogma del club, y por eso puede representarlo. Él fue, ha sido y será ejemplo personificado de ese Carácter Baskonia y por eso ha sabido inculcarlo. Solo queda decir, que ojalá siga consiguiendolo.