Al DKV Joventut se le presenta una importante papeleta que solventar. El jugador llamado a dar espectáculo en el foro verdinegro, y así lo ha hecho en las jornadas que ha disputado, se rompió a principios de noviembre con una lesión en su hombro derecho, pero además, el jugador tiene abierto un expediente disciplinario por parte del club por haber regresado a Badalona con diez días de retraso. Por si la situación no era lo bastante complicada, las decisiones unilaterales del jugador no han venido a ayudar en nada.
Las pruebas realizadas a Mensah-Bonsu confirman el diagnóstico de los servicios médicos del club ratificando la opinión de que el jugador en la actualidad, a pesar del tratamiento que ha seguido en EEUU, no está en condiciones de desarrollar su actividad como jugador de baloncesto profesional. Los servicios médicos de la entidad badalonesa eran partidarios de operar desde un principio al jugador, que necesitaría seis meses de recuperación en el caso de que tuviera que pasar por el quirófano.
La directiva verdinegra se reunirá la próxima semana para decidir sobre el futuro del jugador. ¿Se apostará por darle la baja definitiva al jugador y buscar un recambio a largo plazo con lo que se daría carpetazo al tema disciplinario, o bien se mantendrá al jugador en la entidad y buscar un recambio para esta temporada solamente, con lo que habría que estar muy pendiente de la actitud del jugador en el tiempo de su recuperación? Ésta es la disyuntiva a la que tiene que hacer frente el Joventut.