George Gervin, en la ABA.

Un frío día de Enero de 1990 en Manresa y siendo yo un chaval que quería hacerse un hueco en la liga, aparece Carles Casas, padre de Ricard Casas, y nos dice que… ¡¡¡ha fichado a George Gervin!!! Todos pensamos que el buenazo de Carles viendo lo complicada que se había vuelto la temporada, se marcaba un farol en su afán por motivar y arengar el vestuario. Pero era cierto: ICEMAN ya tenía billetes para acabar en Manresa .

Entonces empiezas a buscar información sobre Iceman : cuatro títulos de máximo anotador de la NBA, All Star 12 veces consecutivas, MVP del All Star de 1980, incluido cinco veces en el mejor quinteto de la temporada, miembro del Hall of Fame, su camiseta con el número 44 retirada por los Spurs, etc, etc, etc.

En aquella época la NBA estaba a años luz de nuestro nivel baloncestístico en la ACB; parecía que ellos jugaban a otro deporte. Era una liga inaccesible, con contados jugadores no americanos, incluso sabíamos que los chavalines universitarios nos ganaban con facilidad por lo que ni te planteabas que podrían hacernos los profesionales en los Estados Unidos. Más sorprendidos todavía por la llegada a un club tan modesto de un megacrack, aquí hay gato encerrado, hay algo que no sabemos y pronto aparece la respuesta. George viene de un centro de desintoxicación y viene a ganar unos dólares y seguir con su rehabilitación lejos de su entorno. En el vestuario ya no lo tenemos tan claro y los más veteranos muestran su preocupación: ¿si la mayoría de americanos que llegan a nuestra liga lo hacen sin ningún respeto, pensando que somos un país tercermundista, que pasará con un tío de 38 años que sí es un pedazo de estrella y viene con problemas de adicción (¿Por qué era tan bueno Audie Norris? Por José Luis Galilea