Entonces empiezas a buscar información sobre Iceman : cuatro títulos de máximo anotador de la NBA, All Star 12 veces consecutivas, MVP del All Star de 1980, incluido cinco veces en el mejor quinteto de la temporada, miembro del Hall of Fame, su camiseta con el número 44 retirada por los Spurs, etc, etc, etc.
En aquella época la NBA estaba a años luz de nuestro nivel baloncestístico en la ACB; parecía que ellos jugaban a otro deporte. Era una liga inaccesible, con contados jugadores no americanos, incluso sabíamos que los chavalines universitarios nos ganaban con facilidad por lo que ni te planteabas que podrían hacernos los profesionales en los Estados Unidos. Más sorprendidos todavía por la llegada a un club tan modesto de un megacrack, aquí hay gato encerrado, hay algo que no sabemos y pronto aparece la respuesta. George viene de un centro de desintoxicación y viene a ganar unos dólares y seguir con su rehabilitación lejos de su entorno. En el vestuario ya no lo tenemos tan claro y los más veteranos muestran su preocupación: ¿si la mayoría de americanos que llegan a nuestra liga lo hacen sin ningún respeto, pensando que somos un país tercermundista, que pasará con un tío de 38 años que sí es un pedazo de estrella y viene con problemas de adicción (Gervin tiene y un centro de ayuda para jóvenes)?
George llegó a Manresa fundido físicamente, aún recuerdo como se dejo caer tras las vallas publicitarias después de un típico ejercicio de trenzas para calentar, el hombre no podía con su cuerpo. Su llegada no sirvió al equipo para enderezar el rumbo y pese a sus 25 puntos de media continuamos perdiendo muchos partidos. Pero George cada día estaba mejor y eso también lo notaba su juego. Además el sólo tenía una misión y esta era que el club no perdiera la categoría.
Recuerdo que tenía unas manos enormes, ¡¡¡pero vaya manos!!! Qué sensibilidad, que giros de muñeca, que dedos para dar el efecto o toque final, alargaba el brazo y sus manos se encargaban del resto, daba igual la posición, que maravilla técnica. Conocía el juego y era muy simple en sus movimientos, poco espectacular salvo en la clase y elegancia infinita que transmitían sus acciones, tan fácil como que los hacía andando, casi sin despegar los pies del suelo pero siempre encontrando su tiro. No te dabas cuenta y te había hecho un roto, que efectividad. Llegó el momento de la verdad nos jugábamos la permanencia contra Tenerife y George tenía que realizar su trabajo, él no varió su estilo, su expresión de hielo seguía igual, como si nada de aquello fuera con él. Tenerife sabía que Iceman asumiría el protagonismo ofensivo, sufrió una de las defensas más agresivas que nunca he visto, en muchas ocasiones con tres jugadores colgados de su cuerpo y dándole por todos lados, pero daba igual, sin pestañear ni quejarse él a lo suyo, destrozar el Aro rival, 39-33-43-31 puntos en las series finales por la permanencia que sirvieron para cumplir el trabajo por el que había sido contratado.
Por aquel entonces me hacía una pregunta: ¿Cómo habría sido jugar con George cuando físicamente estaba en plenitud?
Pero también tuve la certeza en aquel tiempo y aún hoy la tengo, de que en Manresa jugó el mejor jugador que nunca ha jugado en Europa y yo jugué con él: Iceman.
En el video que adjuntamos en esta noticia, tenemos un extenso resumen de 50 minutos del partido que TDK Manresa disputó en Huesca el 9 de abril de 1990 en partido correspondiente a la Jornada 32 de la fase regular de la campaña 1989-90. Huesca La Magia venció por 82-79 en un choque en el que George Gervin sumaría 34 puntos (1/3 T3, 10/15 T2 y 11/12 TL) y 6 rebotes. Por los oscenses, podemos ver en acción a una pareja inolvidable: Brian Jackson (21 puntos) y Granger Hall (19 puntos y 10 rebotes).
LA SAGA
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