Parecía imposible. Pero la pesadilla se convirtió en realidad. Cuando despertaron aficionados de Unicaja la mañana del lunes 25 de enero, la eliminación de la Copa del Rey todavía estaba allí.
El proyecto de Joan Plaza se cimentó con carácter, entrega y jugadores de talento. El objetivo del entrenador catalán era devolver al conjunto malagueño al lugar que le correspondía, por historia reciente y presupuesto: la cabeza de la tabla. Lo logró en la primera campaña, aunque en Copa cayeran de forma inesperada ante el CAI Zaragoza en su propia pista y en cuartos de final. En la segunda campaña, la pasada, fue la culminación de ese objetivo, con Unicaja líder durante gran parte de la temporada y luchando de tú a tú contra el FC Barcelona tanto en semifinales de Copa como en playoff.
Parecía que los pilares de Unicaja eran, por fin, inamovibles. Este verano se apostó por talento, por fichajes de renombre. Se marcharon piezas clave, como Granger o Toolson, fichando en su lugar físico a raudales, con las llegadas de Smith, Jackson y Nedovic. Mas lo que ha sido en este inicio de temporada dista mucho de lo visto anteriormente: Unicaja ha vuelto a ser un gigante con pies de barro.
A la vista de los resultados, aunque Plaza se escuda en el buen rendimiento de Euroliga, con unas declaraciones que han hecho mella en algunos sectores de la afición – “la gente de Málaga debe saber ganar y perder como hacemos los integrantes del club” – Unicaja vuelve a dejar que desear. Se esperaba un gran año, visto la temporada pasada, y el fracaso ha vuelto a llamar a la puerta: la Copa del Rey ha pasado de ser un sueño a una pesadilla.
Es cierto que la temporada comenzó con una grata sorpresa, como fue la final de la Supercopa Endesa, aunque no se compitiera ante el FC Barcelona en la misma. Pero aquella final, unida a los buenos resultados en Euroliga, hacían presagiar que Unicaja estaba aquí para hacer algo grande. Nedovic no terminaba de encajar, y algunos jugadores eran demasiado irregulares, en especial en el puesto de escolta, pero se sacaban partidos en Euroliga con solvencia, aunque se penaba en liga. Al final, comenzaron a surgir dudas. No estar en el torneo del K.O pasaba a ser una opción.

Entre tanto, llegaba la peor noticia posible para la estabilidad del club. La Euroliga cambiaba formato y Unicaja no entraba dentro de sus planes. Un equipo con historia y solera como para competir en la máxima competición europea y que lo demostró esa misma semana tomando una de las plazas más difíciles del continente y ante el mejor equipo del mismo. El CSKA Moscú caía con una actuación brillante del equipo de Plaza. Era el punto de inflexión. O no.
Dos días después de tomar Moscú, llegó uno de los golpes más duros de la temporada. Unicaja caía en Sevilla, ante un Baloncesto Sevilla que fue muy superior durante todo el encuentro. Una semana después, volvían a caer en Andorra.
Esas, y no la derrota del domingo, fueron las que fraguaron un fracaso que va más allá de sensaciones y de la estadística clásica. Y para conocerlo bien, es necesario hacer un análisis profundo y complejo de la situación. Para ello, se dividirá el artículo en dos bloques: el primero de ellos hablará del equipo y sus sensaciones, de qué ha motivado el fracaso. El segundo bloque constará de un análisis estadístico comparativo entre los clasificados para la Copa del Rey con mejor clasificación que Unicaja, pues Obradoiro ocupa la 14ª posición en la tabla y acudirá como anfitrión.
1. El fracaso, realidad y ficción.
Es innegable: Unicaja ha fracasado en uno de sus objetivos prioritarios de la temporada. Más aún teniendo en cuenta que ha perdido tantos partidos como perdió en la pasada campaña… al final de la misma. Es decir, para repetir clasificación, al menos virtualmente, Unicaja debería hacer una segunda vuelta idéntica a la que ha realizado Valencia Basket en estos primeros 17 partidos.
Pero antes de plantearse una segunda vuelta perfecta, hay que indagar en qué ha pasado y qué ha afectado de tal manera a Unicaja, hasta el punto de arruinar cualquier pronóstico que se hiciera. El conjunto de Plaza ha pagado su irregularidad y es necesario desgranar los motivos.
Los viajes… ¿son una excusa?
Ha sido uno de los puntos más reclamados por Joan Plaza, hasta el punto de enfrentarse al club por ello. Plaza reclamaba vuelos chárter para reducir el cansancio de los jugadores. Unicaja contaba con uno en su presupuesto para la primera fase, con el que Plaza voló a Sassari para después viajar a Málaga y vérselas con el FC Barcelona. El resultado fue satisfactorio, con un balance de una victoria en Italia y derrota en casa, aunque los de Xavi Pascual tuvieron que sudar tinta china para vencer a Unicaja.
Entonces llegó la polémica con el Top 16. Plaza seguía reclamando vuelos chárter, pensando en los viajes a Belgrado, Zagreb o Krasnodar. Lo solicitó en rueda de prensa, tras una victoria, y no sentó nada bien en el seno del club malagueño. Ya se habían hecho desembolsos extraordinarios, como los de Nelson y Cooley, y se pedía aún más. El club buscó vías para poder dar a Plaza lo que pedía. Lo ha hecho, esta misma semana, logrando un vuelo chárter desde Roma hasta Belgrado, y de Belgrado a la capital española, donde Unicaja se jugaba la clasificación de la Copa. ¿El resultado? Dos derrotas en dos partidos.

La cuestión es que Unicaja ha recorrido en la primera fase de Euroliga un total de 26834.34 km. Por comparar con los otros equipos de Euroliga, Baskonia ha recorrido unos 15718 km, el Real Madrid 21946.18 km y el FC Barcelona 21484.28 km, lo que deja a Unicaja como el equipo español de Euroliga que más kilómetros ha hecho, sin contar escalas y las complicaciones de los viajes, como por ejemplo el accidentado viaje que tuvo que realizar el conjunto de Plaza desde Bamberg, parando en Barcelona y viajando en autobús hasta Andorra. En definitiva, parece que uno de los argumentos que esgrimía Joan Plaza no se aleja demasiado de la realidad, pues los viajes a Tel Aviv o Moscú han sido muy largos y los que no, como el mencionado viaje a Bamberg, han contado con diversas complicaciones.
Pero… ¿es suficiente? Este punto no encaja con lo descrito por Plaza y algunos miembros de la plantilla a inicio de temporada. Se había fichado físico. Jackson y Smith destacaban en cada entrenamiento por sus mates. Las piernas no debían pesar. ¿Cómo es posible que jugadores destacados físicamente no puedan aguantar dos partidos seguidos? Incluso jugadores con pasado en la NBA han acusado ese cansancio, donde puedes disputar encuentros al día siguiente. Quizás el físico se confundió con explosividad, y el equipo no estaba tan bien preparado como se esperaba. La segunda vuelta dictará sentencia al respecto.
¿Hay líder en el vestuario?
Parece que la marcha de Germán Gabriel ha sido otro de los puntos de inflexión del equipo. Era el veterano, un jugador respetado y querido por la afición. Sin esa figura, parece que nadie ha asumido ese puesto en el vestuario. A su marcha se le unió la lesión de Markovic, que era quien asumía galones cuando los partidos se complicaban. Dos bajas demasiado importantes para el vestuario, que parece no haber terminado de encajar el golpe.

Hay otro nombre a destacar, pero no por su liderazgo. Es el de Mindaugas Kuzminskas. El lituano ha sido nombrado mejor alero de la primera fase de Euroliga y es aclamado por prensa y afición como mejor alero del continente. Pero no lo demuestra. Su falta de sangre, su desidia y su falta de liderazgo hacen desesperar a más de uno. Para rematar, su última semana ha sido desastrosa, con dos partidos esperpénticos en las dos derrotas que cosechó Unicaja. Su semana ha servido para demostrar que Kuzminskas no responde a la dureza y contundencia de sus rivales; en Belgrado lo sacaron del partido a base de juego duro y en Madrid, Maciulis repitió el guión. Una mala señal para el futuro del equipo de Plaza.
Las dos caras de la misma moneda
Es indiscutible. Unicaja ha ofrecido dos caras a lo largo de estos primeros meses. No se conocen los motivos, aunque algunos apuntan a que los jugadores han decidido qué partidos quieren jugar y qué partidos no. Sea cual sea la explicación, ahora hay que plantearse si este es el camino a seguir. El Top 8 es viable, aunque no es una exigencia, pues el grupo de Euroliga no es tan duro como el que reúne a los otros tres españoles, pero cuenta con equipos de primer nivel.
De lograr entrar al Top 8, el temor reside en si el equipo seguirá jugando al mismo nivel en ACB. Y ya no hablaríamos de no participar en Copa. Hablaríamos de la posibilidad de que Unicaja no esté entre los ocho mejores equipos al final de la fase regular, lo que lo dejaría fuera de puestos de playoff. Es cierto que Unicaja siempre se ha movido en esos puestos y no se ha descolgado en ningún momento, pero el miedo a que se repitan errores del pasado, que motivaron la llegada del propio Joan Plaza, está presente. ¿Merece la pena gastar tanto esfuerzo en Euroliga, cuando el futuro en la competición nacional es un tanto incierto? ¿Logrará encauzar el ritmo Unicaja y cumplir con ambos objetivos?
Los ¿errores? del verano
Es innegable que se han cometido errores en la planificación de la plantilla. Unicaja perdió a dos de sus hombres clave en la pasada campaña, como fueron Granger y Toolson, y se les sumó una pérdida por reajuste, como ha sido el paso de Carlos Suárez de la posición de alero a la de ala-pívot. Se optó por prescindir de los servicios de Kostas Vasileiadis y Caleb Green, además de Golubovic, aunque pocos se acuerdan esta temporada del montenegrino. También se marchó Steffanson, destacado en Valencia Basket, dejando el número total de bajas en seis, cuando se quería mantener el bloque.
A ellos se unió la baja de Germán Gabriel a mitad de temporada, que junto a la lesión de Markovic y la incorporación de DeMarcus Nelson, hacen un total de ¡siete! caras nuevas para Unicaja a estas alturas de temporada. Un número que no encaja nada con el proyecto de continuidad que quería Plaza. Demasiadas piezas que encajar, teniendo en cuenta que algunas de ellas no carburan.

Nedovic está siendo una de las grandes decepciones. Se esperaba que el serbio asumiera el puesto de Granger, debido a su capacidad física, pero hasta ahora no ha dado señales de vida. Destellos, sí, destellos que resultan insuficientes para que se olvide al uruguayo. Para rematar, Suárez está completamente perdido en el puesto de ala-pívot, donde no goza de la superioridad física que le hizo destacar como “tres”. Sufre con sus pares, no rebotea con tanta facilidad y sus porcentajes han bajado, con un rendimiento incluso menor al de Caleb Green a estas alturas de temporada. La planificación está resultando una losa demasiado pesada para el equipo.
2. El fracaso, dato a dato.
El peor porcentaje en tiros libres de la ACB
Cuesta creer que un equipo que había fichado a grandes tiradores, como Jamar Smith o Dani Díez, ocupe este dudoso honor. Unicaja es el peor equipo en tiros libres de la liga ACB, con un 71.36%. Lo esperanzador es que el equipo ha mejorado en los últimos encuentros (firmó, por ejemplo, un 85% ante el Real Madrid), pero ha sido una de las claves de muchas de las derrotas cosechadas. Ante el FC Barcelona, el equipo malagueño sólo anotó un 60% de sus tiros libres, y perdieron por cuatro puntos. Frente a Laboral Kutxa, un 53%. O el 65% que firmó ante Valencia Basket.

El dato no sería tan reseñable si los que protagonizan estos porcentajes no fueran tiradores. Carlos Suárez, sin ir más lejos, promedia un 58% desde la línea cuando el año pasado promedió… ¡un 90%! Dani Díez también ha bajado su porcentaje de forma sensible, pasando del 72% al 62% esta campaña. También Will Thomas, que pasó de un 70% (92 en playoff) a un 62%.
A ellos se añade el porcentaje de los escoltas, Jamar Smith y Edwin Jackson, que también han visto reducida su eficacia en el tiro libre. El primero ha sufrido una bajada de alrededor de un 5%, pero el caso de Edwin Jackson es casi tan llamativo como el de Suárez. El francés anotó la pasada campaña un 96% de sus tiros libres, y este año su porcentaje es de un 74%.
En definitiva, un dato muy llamativo que nos hace reflexionar sobre el problema del equipo: ¿falta de acierto o falta de concentración?
¿La mejor defensa de la liga?
Sí, Unicaja es uno de los equipos que menos puntos recibe en la Liga Endesa. Pero eso no significa que sea el equipo que mejor defiende. Unicaja ha mostrado serios problemas para defender a los rivales, sobre todo en el lanzamiento exterior. Para indagar más sobre el tema, utilizaremos el Índice Defensivo (Def. Rat, a partir de ahora), que mide el número de puntos que recibe un equipo cada 100 posesiones del rival.
Y sorprenden los datos de Unicaja. El equipo de Joan Plaza no es de los que más posesiones consuma por partido (un total de 1200 posesiones, lo que equivale a unas 71 posesiones de media por partido), de hecho, compite en este aspecto con el FC Barcelona, que consume las mismas posesiones de media y Valencia Basket, que utiliza una posesión menos por encuentro. El Def. Rat se calcula de la siguiente forma: Puntos recibidos*100/Posesiones. De esta forma, concluimos que Unicaja tiene un Def. Rat de 106 puntos. Salvo Fuenlabrada, que tiene un Def. Rat cercano a 112, el resto de rivales por la Copa presentan mejores o similares números que el conjunto malagueño.

Sin ir más lejos, el FC Barcelona Lassa tiene un índice defensivo de 99.75 puntos recibidos cada 100 posesiones del rival, el mejor de toda la ACB. Valencia Basket también presenta buenos números, con 104.42 en este apartado estadístico, mientras que Herbalife Gran Canaria y Laboral Kutxa son la gran sorpresa, con 100.71 y 100 puntos recibidos cada 100 posesiones, respectivamente. El Real Madrid, con 105.9, mejora de forma mínima los guarismos malagueños, pero anota muchos más puntos de media que los malagueños.
De hecho, sorprende que equipos como FIATC Joventut presente una menor diferencia con los malagueños (el equipo de Salva Maldonado encaja 109.66 por cada 100 posesiones) que el equipo de Plaza respecto a las otras grandes defensas de la liga. Con estos datos, Unicaja no ocuparía el cuarto puesto como mejor defensa, que es el que ostenta en cuanto a puntos recibidos, si no que pasaría a ocupar la sexta posición en este apartado.
Si además hacemos hincapié en los índices, y obtenemos el Índice Ofensivo (Of. Rat en adelante), que mide los puntos que anota el equipo cada 100 posesiones, y calculamos el Rating Neto, la diferencia entre ambos índices, el equipo malagueño se ve perjudicado. Su Of. Rat es de 110 puntos cada 100 posesiones, y comparando con otros equipos observamos que los que mejor defienden, también presentan mejor Of. Rat. El Real Madrid es el mejor ataque, con 121.74 puntos cada 100 posesiones, seguido de Valencia Basket, con 120.85 y FC Barcelona Lassa, con 118.34. El rating neto de estos tres equipos es superior a los 10 puntos cada 100 posesiones. El de Unicaja es de 4, lo que lo sitúa también por debajo de Herbalife Gran Canaria y Laboral Kutxa.
Sin embargo, estos datos son mejores que los otros dos equipos que han ocupado puestos de Copa del Rey, es decir, Dominion Bilbao Basket y Montakit Fuenlabrada. Entonces… ¿cómo es posible que Unicaja no haya entrado en Copa?
Los porcentajes, la respuesta
Sí, los porcentajes es la respuesta a la pregunta anterior. Unicaja está en la mitad de tabla en tiros de dos (8º) y triples (9º) y es último en tiros libres. Sus porcentajes no son los mejores, pero la media que le anotan sus rivales no dista demasiado de lo que ellos realizan. Por ejemplo, uno de los puntos más criticados a la defensa de Plaza es que los rivales lanzan tiros liberados desde las esquinas, permitiendo que anoten un gran número de triples. Es cierto que se han dado exhibiciones en algunos encuentros, como ante el CAI Zaragoza, que llegaba como peor equipo en triples y firmó un espectacular 13/24, pero Unicaja recibe 9 triples de media, de casi 25 lanzados por los rivales, es decir, algo más del 36%. Y Unicaja tiene, precisamente, un promedio de casi un 36% (35.65, para ser exacto).
Entonces, si el triple no es lo que está crucificando al conjunto de Plaza… ¿qué es? Pues dos factores y una media verdad: su porcentaje espantoso en el tiro libre, como ya se mencionó anteriormente, y el porcentaje de tiros de dos de sus rivales. Sólo en dos de los partidos que perdió Unicaja, tuvo mejor porcentaje de dos que el rival, uno de ellos ante el CAI, que se exhibió desde el perímetro. El otro, ante Bilbao Basket, tuvo el mismo sino: los de Sito Alonso anotaron 14 triples por 3 de los malagueños. Mas este sigue siendo un factor común en las derrotas de Unicaja, y la media verdad de la que hablamos. Sí, Unicaja recibe un porcentaje medio de triples y no encaja demasiados. Pero es en las derrotas donde el club malagueño sufre en exceso, y recibe una media de ¡11 triples! Unicaja ha encajado la friolera de 99 triples en sus nueve derrotas, con un 43.23% de acierto, lo que unido a su peor porcentaje en tiros de dos y su mal porcentaje en tiros libres, dan como resultado al equipo malagueño fuera de la Copa del Rey.
Kuzminskas
El jugador lituano, por desgracia, merece un punto aparte. Sus números en Euroliga han sido notables, con alguna que otra exhibición, como ante Maccabi o CSKA. Incluso en Top 16 dio un clínic ante Cedevita. Sin embargo, en la competición doméstica Mindaugas Kuzminskas no es el mismo. En ACB promedia 10.23 puntos, por los casi 13 que promedia en Euroliga. En tiros libres los porcentajes son similares, mientras que en tiros de dos supera al año en Europa. El problema viene desde más allá de la línea de tres puntos, donde Kuzminskas pasa de un 35.6% a… ¡Un 27! Su último mes está siendo, además, bastante preocupante, con una bajada de prestaciones bastante evidente, igualando sus números en ambas competiciones.

Kuzminskas estaba llamado a ser el líder de Unicaja y con él se ha consumado el fracaso. Empezó como un tiro y la mala racha de resultados ha terminado haciendo mella. Sus números coinciden con lo que transmite, lo que le hace repetir en este análisis. Por él pasarán todas las opciones de remontada de Unicaja.
El rebote, un arma de doble filo; y el juego interior
Es la estadística más llamativa de Unicaja. Dominan el rebote ofensivo, pero no logran imponer su dominio en el defensivo, donde son el quinto peor equipo. Un dato preocupante, pues su superioridad en el rebote ofensivo se diluye, igualando la lucha por el rebote con el rival, salvo que obtengan una ventana muy amplia en su propio aro.
Hay varios factores que pueden influir en este punto, y uno de ellos es, por supuesto, el renovado juego interior. La pérdida de Carlos Suárez en la carga del rebote ha generado una cierta descompensación en este factor, aunque en la pasada campaña tampoco fue uno de los datos más destacados. Sin embargo, su paso a la posición de cuatro ha bajado sus números en todos los campos: en esta temporada, promedia 3.5 puntos y 2.6 rebotes en lugar de los 6.3 tantos y 5 capturas de la pasada campaña. De hecho, hasta el defenestrado Caleb Green tuvo mejores números, con 8.1 puntos y 3.4 rebotes, dejando claro que el puesto de ala-pívot es la principal carencia del conjunto que dirige Joan Plaza. A ello hay que sumar el bajo rendimiento de Fran Vázquez, que a una importante bajada de sus números (de 7.9 a 5.4 puntos y de 4.7 rebotes a 3.4) le suma las dudas que ofrece cuando sale a la pista, con constantes despistes, errores de precisión y pérdidas por no agarrar bien el balón. Incluso hemos podido verlo fallar mates, bajando sus cifras también en este apartado.

Demasiados problemas en sólo media temporada. Esa es la conclusión que se puede sacar de este fracaso. Se compuso una plantilla con demasiadas apuestas, y no hay ni una que haya salido bien. Richard Hendrix dura lo que su físico le permite, Nedovic ha pasado al ostracismo, en pos de un Alberto Díaz que madura a pasos agigantados. Fran Vázquez está desconocido, Suárez desubicado, Kuzminskas no ejerce de líder, los escoltas son irregulares… y las bajas de Markovic y Germán Gabriel, que aportaban seriedad y saber hacer sobre la cancha.
Unicaja necesita recomponerse. Las palabras de Plaza deben ser ignoradas por su afición y empujar al equipo, sí, pero sin olvidar lo sucedido. El proyecto está en la UCI, porque se teme volver a cometer errores pasados que hipotequen el futuro del club y lo comprometan seriamente. Plaza es querido por la afición y cuenta con pocos detractores. Sabe qué hacer para reconducir la situación, porque ya lo hizo una vez.
Ahora, debe volver a hacerlo. Cuenta con jugadores de calidad y con otros tanto que ponen corazón, destacando a dos héroes inesperados: Jack Cooley y Alberto Díaz. Son un ejemplo a seguir. En Málaga deben olvidar esta primera vuelta para afrontar con fuerza la segunda. Plaza debe asumir el mando. Y debe gestionar bien la ansiedad. Todo pasa por él.