Los focos se apagaron para siempre durante esta temporada. La Fonteta descansa de tres días increíbles para su afición y en los que el Valencia Basket ha entrado de manera definitiva en la historia de la ACB. Ha inscrito su nombre en el selecto club de los elegidos para la gloria. Tan sólo hay 7 equipos ganadores de la ACB de los 48 que han llegado a jugar en la liga: Barcelona, Real Madrid, Baskonia, Joventut, Manresa, Unicaja y Valencia Basket. Está claro que la Historia por fin ha llamado a su puerta para darle la bienvenida.

Es esta misma Historia la que ha dado la espalda al Real Madrid y le ha dejado en el umbral de lograr un hito histórico. Es muy difícil ganar la ACB y más difícil aún revalidar título. Lograr un triplete, es una tarea de titanes. En la era ACB sólo lo ha logrado el propio Real Madrid, cuando ganó las tres primeras ediciones de la ACB, de la temporada 1983-84 a la 85-86. Luego superó este hito el Barcelona ganando cuatro ligas consecutivas, de la 86-87 a la 89-90. Años después, los de Aíto ganaron otras tres ligas ACB seguidas, de la 1994-95 a la 96-97.

Pero esto no es lo que nos ha traído hasta aquí. Si el Real Madrid hubiera ganado esta liga, la Historia de la ACB le hubiese otorgado un hueco único en sus 34 años: haber conseguido tres dobletes Copa y Liga de manera consecutiva.

Ganó la Copa de 2015 al Barça por 77-71 y también le ganó la Liga por 3-0. El año siguiente en A Coruña volvió a llevarse la Copa, esta vez frente al Gran Canaria y ganó la ACB al Barcelona por 1-3. En febrero de este año repitió victoria en la Copa enfrentándose en la final al mismo Valencia que meses después le ha ganado la liga y la oportunidad de escribir un nuevo capítulo en la ACB.

El último tercer doblete Copa-Liga de manera consecutiva fue del Real Madrid, desde la temporada 1972-73 hasta la 74-75. Esto fue en la etapa llamada “Ligas Nacionales”, pero en la era ACB no se ha logrado realizar dicha gesta.

Esta historia no lograda tiene muchos protagonistas. Pero en especial hay 8 jugadores que han estado estas tres temporadas y han intentado por todos los medios hacerse un hueco colectivo en la Historia de la ACB, pero se han quedado a tan sólo dos victorias de lograrlo.

Todo equipo puede tener sus 7 pecados capitales. Pero también debe tener sus 7 virtudes que combaten y vencen a esos pecados. Aquí están los 7 hombres y un invitado nada circunstancial, protagonistas de esta historia:

El entusiasmo de Llull

La temporada del de Mahón ha sido para enmarcar. Ha logrado ser el MVP de la Euroleague y de la ACB. Es una de las piezas imprescindibles del equipo de Laso. Es indudable el entusiasmo y la rabia con la que acaba esas canastas imposibles. Como buen creador, con él ha nacido un estilo, ha dado el nombre a un tipo de canasta: el “Llullazo”. Esa canasta que antes de tirar parece imposible; el vuelo infinito de ese balón suspendido en el aire y al final la canasta. Tres puntos que valen un partido, tres puntos que deberían valer más. Tres puntos increíbles que se nos quedan guardados en la retina.

La generosidad de Felipe Reyes

Si hay algo innato en la vida de los gladiadores es la supervivencia. La función propia de todo reboteador es la de trabajar para que el equipo tenga una segunda oportunidad, más si cabe cuando de quien hablamos es del máximo reboteador de la ACB. Y si hay una virtud que podría resumir la gran historia de Felipe Reyes es la generosidad de estar siempre a la disposición del equipo. Como muy bien escribió Daniel Barranquero en su artículo: Felipe Reyes, el hambre del mito; el de Córdoba siempre está preparado para superar un nuevo hito, una nueva marca. Bien sea en rebotes, valoración o en cualquier apartado que le de la gana. Porque él es así.

Nocioni y el querer al otro

¿Qué puede desear una persona que lo ha ganado todo?

¿Por qué sigue en el baloncesto un jugador que ha triunfado acá y allá?

¿Cuál es el motivo para que deje las canchas cuando todavía tiene baloncesto que ofrecer?

En el caso de “El Chapu” Nocioni, la respuesta para todas estas preguntas y alguna más que se le puede ocurrir a alguien; es la misma: porque quiere al otro. Por el equipo. Nocioni triunfó en su país. Cuando se le quedó chico, tenía claro que su sitio era Europa y más concretamente, la ACB. Cuando llegó la oportunidad de dar el salto, recibió el regalo de competir en la NBA. Y por si esto no fuera poco, volvió al Baskonia y ha terminado su carrera profesional en el Real Madrid. Pero para él, aún y todo, por encima de cualquier cosa está el otro, el compañero, el equipo.

Rudy, el paciente

No ha sido la mejor temporada de Rudy. Pero sí ha tenido la paciencia suficiente para saber cuál era su momento y qué podía aportar al equipo. Como un guepardo se acerca de manera sigilosa a su presa, con la paciencia de que el hambre voraz que tiene no le anule su caza; así se ha comportado Rudy esta temporada. Sus números no acompañan al currículum que tiene, pero paciente ha esperado su momento, como ocurrió en el primer partido de la final y a la postre, única victoria del edquipo.

Ayón, la moderación cuando toca

La verdad que sólo con sensatez y cordura en las acciones se puede llegar a entender cómo un chico del interior de México, un país con tan poca tradición en el baloncesto, llegue a ser uno de los jugadores determinantes del R. Madrid. Con moderación y aceptando su destino en cada momento de su vida. Desde que marchó con tan sólo 18 años a jugar en la Universidad de Puebla, luego inició su carrera en la LNBP, saltó a la NCAA, llegó a la ACB de la mano del Fuenlabrada aunque regresó a América para volver a España para jugar en LEB Plata con el CB Illescas y LEB Oro con Tenerife para dar su definitivo salto a la ACB, de donde sólo se bajará para ir a la NBA. Y así recalar en un equipo donde está haciendo historia, tanto en el terreno personal, como en el colectivo.

La templanza de Carroll

El de Wyoming cumple su sexta temporada en el club blanco. La mayoría de partidos sale desde el banquillo, esta temporada sólo ha sido titular en 10 jornadas, pero su semblante cuando sale a la pista refleja la templanza y seguridad de sus antepasados cuando en las duras tierras del noroeste de Estados Unidos, se tenían que batir a duelo de vida o muerte. Es el mismo gesto, esa sorna en el rostro que te está diciendo: voy a coger el rifle y verás de qué soy capaz. Es el segundo anotador del equipo con casi 13 puntos de media, es el que mejor porcentaje de tiros de campo tiene y casi infalible desde la línea de tiros libres con un 95% de acierto.

La humildad se hizo persona en Maciulis

El alero lituano es el complemento perfecto que cualquier entrenador quisiera tener en su equipo. Como buen jugador del este de Europa es frío, calculador y un jugador de equipo, todo ello naciendo desde el trabajo diario realizado con humildad. Hace bien todo lo necesario para que el equipo tenga ese plus necesario para ganar partidos. Suma en cada apartado; anota, captura rebotes, reparte asistencias y roba balones. Todo esto en pequeñas cantidades, pero de la misma manera que un perfume te lo venden a buen precio en una tarro muy pequeño.

El versátil niño maravilla llamado Luka Doncic

Es mucho lo que hemos escrito esta temporada sobre él. Desde su biografía, hasta sus premios de MVP de la jornada en ACB y Euroleague, pasando por ser el Mejor Joven de la Euroleague 2016-17 y también en la ACB. Y esto acaba de empezar. Es difícil decir una virtud del escolta esloveno. Por eso en la versatilidad se agrupan todas ellas. Es el tercero del equipo en valoración y en rebotes, el segundo en dar asistencias y todo esto con tan sólo 18 años. Pero quizá por esto, por su temprana edad, tiene un “Talón de Aquiles” que es la grandes citas. Su rendimiento es mucho menor en estos acontecimientos que en los partidos de jornadas regular. Pero todo esto no le impide ser un miembro destacado del R. Madrid que se ha quedado a las puertas de un triple doble histórico.