Tanto José Luis Mateo, director general del club, como Moncho Fernández, entrenador del equipo, han afirmado en muchas ocasiones que lo principal de este club es su filosofía y su realidad, y que jamás iban a traicionar los valores de la “marca”. Esa filosofía de club consiste básicamente en no gastarse más de lo que se tiene, algo que parece de sentido común, pero que en el último informe sobre la Liga Endesa no parece tan común cuando solo hay tres equipos que han presentado beneficios en la temporada anterior, entre ellos el gallego.
Ni en los momentos más difíciles que ha atravesado el club gallego en su estancia en Liga Endesa los compostelanos han hecho locuras con la chequera, ya que entre otras cosas no pueden pagar esos “cortes” de jugadores que en otras franquicias se hacen tan alegremente y que lastran el resultado económico de los clubes, algunos con clubes de fútbol detrás, y otros con patrocinadores potentes capaces de variar sus aportaciones económicas dependiendo de la marcha del club y de sus urgencias. No es ese el caso de Río Natura Monbus, un club con una estructura muy pequeña pero que es la envidia de la buena gestión dentro de esta Liga Endesa. Siempre parten en los lugares de descenso en esa clasificación que recoge, de mayor a menor, los presupuestos de los diferentes equipos, y es un reto que asumen todas las temporadas el voltear en parte esa posición de partida para poder quedarse un año más en la segunda mejor liga del mundo, un título como define Moncho Fernández cada vez que se le pregunta sobre el objetivo del equipo cada temporada.
Más allá del aspecto económico, que marca y mucho la forma de acometer los fichajes en todos los equipos, Obradoiro también tiene una filosofía “especial” a la hora de realizar los seguimientos y las contrataciones de sus jugadores. Primero porque el seguimiento no es una vez terminada la temporada o porque el equipo tenga una situación clasificatoria complicada o por lesiones, como suele ser lo habitual en el 99% de los equipos, sino que el seguimiento es continuo durante todo el año y todas las competiciones, especialmente en el principal baluarte de las incorporaciones de los últimos años, el baloncesto universitario de EEUU. José Luis Mateo es un especialista en estas ligas, conoce hasta el milímetro cada universidad, cada equipo, cada jugador, y si algo le parece interesante, se lo pasa al equipo técnico para que lo valore, pero esto más de un año antes de que el jugador vaya a salir de la Universidad. Si al equipo técnico le parece un jugador importante empiezan ya los primeros contactos con su entorno, las primeras conversaciones (sin ofertas, por supuesto, porque está prohibido) con el jugador para ver su aspecto humano, el factor clave que Moncho Fernández y su equipo técnico ponen por delante, ya que la experiencia les dice que su filosofía de equipo y de juego tiene que entenderse previamente, el colectivo prima sobre el jugador, pero sí le aseguran que es un destino donde podrá crecer como jugador y revalorizarse como tal. Cada año es más fácil poner ejemplos por los innumerables casos que ya han manejado: Robbie Hummel, Mike Muscala, Salah Mejri, Adam Waczynski, Maxi Kleber… y un largo etcétera de jugadores que llegaron a Santiago siendo unos auténticos desconocidos y que ahora son referencia tanto en la NBA como en las principales ligas europeas.
Los dos últimos ejemplos de esta forma de actuar son los dos principales referentes del juego del cuadro compostelano de este año, Rosco Allen y el NBA Shayne Wittington, dos casos muy diferentes uno del otro pero que guardan la similitud de lo que buscan en Compostela, progresar como jugadores y aspirar a mejores equipos y contratos.
ROSCO ALLEN (HUNGRÍA, ALA PÍVOT 2,06 METROS Y 23 AÑOS)
El primero de los fichajes fue Rosco Allen, un húngaro formado en la prestigiosa Universidad de Stanford, donde el último año promedió 16,5 puntos y 6,5 rebotes por encuentro. En su momento, nuestro especialista NCAA, Gonzalo Bedía, nos hacía el siguiente análisis del jugador : "El húngaro es un 3-4 de 2,06m que podía haber jugado un quinto año en Stanford ya que su segunda temporada allí tan sólo jugó 7 minutos, pero decidió presentarse sin éxito al NBA Draft de este año.
Podríamos definirlo como un 4 versátil o un 3 alto. Sin duda su fuerte es que si le defiende un ala-pivot al uso, será más rápido que él, ya que además es un jugador al que le encanta jugar de cara al aro y en 1x1 echar el balón al suelo tras finta. Es uno de sus fuertes, así como su atleticidad ya que cuando le gana la partida a su par y consigue llegar cerca del aro, suele finalizar de manera contundente y espectacular.
Formado también en USA en su etapa en High School (Bishop Gorman, Las Vegas), destaca también por ser capaz de amenazar y ser eficaz en el tiro de media y larga distancia, desde donde se atreve y además con buena mecánica y celeridad. Un jugador muy completo, capaz de ayudar al rebote y con buenas manos para el pase. Si en algo ha de trabajar es en su físico (debe ganar algo de músculo) y en defensa. Un cerebro de un alero en un cuerpo de ala-pivot que le hacen combinar ambas caras de la moneda cuando sale a cancha y le dan esa versatilidad tan necesaria en el jugador moderno y que llega a un equipo que ya es un clásico apostando por NCAA Rookies.
En su temporada senior con los Cardinals ha sido el máximo anotador, máximo reboteador (Reid Travis promedió más que él pero tan sólo jugó 8 encuentros) y el que más minutos ha jugado para los de Palo Alto, en una conferencia tan competitiva como la Pac-12". Vamos, un buen jugador pero como se dice habitualmente, un melón por abrir… y ¿quién se atreve?...pues Obradoiro, como no.
El inicio del húngaro no ha sido fácil, ya que aunque en pretemporada fue el jugador ACB con mejores medias de anotación, los primeros partidos estuvo algo dubitativo, como el resto del equipo, pero en las últimas jornadas se ha vuelto a destapar de nuevo como una de las principales, sino la principal, arma ofensiva de su equipo. El ala pívot-magiar ha sido el que más minutos ha disputado con los gallegos, con una media de 31 minutos por partido, anotando una media de 14,7 puntos y recogiendo 4,7 rebotes por choque, con 1,7 asitencias repartidas para un total de 13,3 créditos de valoración. Si a eso le añadimos que en los primeros partidos no estuvo muy afortunado y que sus últimas actuaciones han sido las mejores, no es descabellado pensar que el húngaro no ha alcanzado todavía el tope de su aportación. En las estadísiticas acumuladas individuales de Liga Endesa es: 11º en anotación total, 3º en mates, 9º en tiros libres anotados, 8º en faltas recibidas y 2º en minutos jugados, es decir, un auténtico todoterreno al servicio de un especialista en la evolución de jugadores como es Moncho Fernández.
SHAYNE WHITTINGTON (EEUU, PÍVOT 2,08 Y 25 AÑOS)
El estadounidense fue el último fichaje del equipo gallego antes de la pretemporada, llegando al club procedente de la NBA, concretamente de los Indiana Pacers, donde no había tenido suerte y alternaba con el equipo vinculado de Liga de Desarrollo Fort Wayne Mad Ants. Incluso tuvo el “honor” de ser considerado el jugador con menos aportación de toda la NBA, pero está claro que entre la primera y la segunda mejores ligas del mundo todavía hay un enorme trecho. En principio era un nombre que dejaba indiferente, que no ilusionó en demasía a la afición, pero que con el paso de los partidos está demostrando no solo tener un sitio en esta Liga, sino que puede ser incluso un jugador dominante en ella. Los números lo atestiguan: promedia 27 minutos en pista (el segundo jugador más utilizado tras Rosco Allen), anotando una media de 12,7 puntos y recogiendo nada menos que 7,8 rebotes para unos extraordinarios 16,7 créditos de valoración. El jugador de Michigan está siendo una de las sensaciones de esta liga, no siendo ya una revelación sino una realidad, ya que es 9º en valoración (MVP), líder en rebotes totales, 11º en tapones efectuados, líder en porcentaje de triples con un sensacional 66,6%, y 14º en minutos jugados, vamos que el norteamericano se está saliendo en este inicio de campaña.
Está demostrando, además, que aparte de la defensa, que era su principal aportación en Indiana, tiene un repertorio ofensivo importante, ya que es capaz de jugar al poste de espaldas y de cara desde el exterior, lo que complica mucho a sus rivales, ya que posee un tiro de tres puntos mortífero, como lo demuestra su 66% en tiros más allá del arco, lo que le hace ser el líder de la competición. Es un 4-5 de esos que tanto le gustan a Moncho Fernández, con movimientos laterales rápidos y que le permiten responder a la exigente defensa del cuadro compostelano, con constantes ayudas y forzando continuamente situaciones de “mismatch”, situaciones de desajustes defensivos provocados para encontrar ventajas en los emparejamientos defensivos y provocar el error en el rival, lo que si no tienes interiores rápidos es difícil de poner en práctica.
Dos jugadores desconocidos de antemano que han encajado muy bien tanto en Santiago como en el Río Natura Monbus, y que siguen demostrando, una temporada más, que la factoría Obradoiro no ha dejado de funcionar ni mucho menos, y son los últimos conejos en la chistera de José Luis Mateo y Moncho Fernández.