PAMESA VALENCIA 78 – KRKA NOVO MESTO 76

FICHA TÉCNICA

78 – Pamesa Valencia (24+18+17+19): Rodilla (2), Luengo (5), Paraíso (6), Oberto (13), Tomasevic (28) -cinco titular- Robles (5), Kammerichs (9), Montecchia (3), Hopkins (4), Cardinal (-) y García (-).

76 – Krka Novo Mesto (21+16+19+18): Capin (7), Duscak (13), Maravic (8), Bader (7), Arnold (20) -cinco titular- Paravinja (6), Gnjidic (11), Mathis (-) y Drobnjak (4).

Arbitros: De Keyser (Belgica), Colucci (Italia), Gondas (Grecia). Eliminaron por faltas personales a Luengo (min.35) por el Pamesa Valencia.

Incidencias: Partido de vuelta de la final de las Copa ULEB disputado en el pabellón municipal de la Fuente de San Luis ante 9250 espectadores.

CRÓNICA

La fiesta había comenzado mucho antes de que el Pamesa se proclamara definitivamente y por fin, campeón de una competición eruropea. El impresionante tifo desplegado por los más de nueve mil aficionados que abarrotaban la Fonteta justo después de la presentación de los equipos formaba parte de una celebración por adelantado.

Y es que el ambiente ya desde una hora antes de comenzar el encuentro era impresionante en las gradas y el aficionado estaba convencido del triunfo final como también lo estaban los jugadores y miembros del club aunque se mostraran cautos en su discurso las horas antes.

Quizás, y para completar la jornada de euforia colectiva, el hecho de que los jugadores eslovenos vinieran a luchar por el partido y le dieran emoción al mismo desde el comienzo, donde alcanzaron hasta 8 puntos de ventaja, le dieron un punto de épica más al gran triunfo de los valencianos.

El Novo Mesto empezó usando sus armas con acierto, anotando triples con asombrosa facilidad, tanto el escolta Duscak como el pívot -lo de llamarle pívot es por su altura- Bader y alcanzó unas ventajas (4-12) iniciales con las que prometían luchar al final.

Sin embargo, pronto se cerraría el grifo del tiro exterior y una defensa más agresiva de los locales junto a un Tomasevic que comenzaba a dominar bajo los tableros dieron la vuelta a la torilla y pusieron a los de Olmos 24-21 por delante al término del cuarto.

A partir de entonces el juego de los pívots de Pamesa sería un auténtico torbellino para la débil defensa interior de los de Spahija. Al término del primer cuarto Tomasevic casi doblaba en valoración a todo el equipo esloveno y en el descanso lo igualaba. Por su parte, Oberto también campaba a sus anchas y acompañaba a la perfección en labores ofensivas al yugoslavo. Mientras, en el Krka, sólo Arnold -que gran jugador éste- daba una lección de fundamentos ofensivos y mantenía a su equipo vivo (42-37 al descanso).

De ahí al final nada más. Se encendió la mecha de la celebración y se esperaba ansioso a la conclusión del partido para lanzarse de lleno con cánticos, saltos, gritos y abrazos de alegría por el título conseguido.

La clave: El Pamesa ha sido el mejor en la final. Ha mantenido un nivel de concentración durante los 80 minutos de los dos partidos digno de ser alabado. El ambiente en la grada encomiable.

El mejor: Tomasevic fue nombrado MVP de las finales. No tuvo rival bajo el aro rival, fue el amo y señor de las zonas. Ayer 28 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias, casi nada.