Ha sido una semana turbulenta en Fuenlabrada. El caso Biyombo ha ocupado muchos titulares, con declaraciones de una y otra parte que hacen que el conflicto esté lejos de solucionarse de forma pactada y pacífica. En ese contexto, poco se ha hablado de un partido ante Assignia Manresa clave para que los fuenlabreños mantuviesen intactas sus esperanzas de clasificación para el playoff por el título. El encuentro ante los manresanos ha sido duro, muy duro. Era un rival respetado, al que Baloncesto Fuenlabrada no había conseguido vencer en las últimas 7 ocasiones. Además, el ténico del conjunto catalán, Jaume Ponsarnau, no conocía en su carrera como entrenador la derrota frente al equipo fuenlabreño. Antecedentes que hacían ser especialmente prudentes. Al final, solo un buzzer beater imposible de Kristaps Valters (desde mucho más allá del 6.75 y rodeado de contrarios) ha logrado certificar una agónica victoria para los locales (55-54), llenando de júbilo el Fernando Martín y haciendo olvidar, por un momento, todo lo ocurrido en los días anteriores.

No fue un partido vistoso. Pocos puntos y poco brillo en el juego. Los locales dominaron en el marcador durante la primera parte del encuentro, aunque con rentas cortas y sin romper en ningún momento el choque (14-8, min. 10; 27-22, min. 20). Los tiros exteriores no entraban por ninguna de las dos partes (al final del encuentro, 4/20 para los locales en triples; 4/18 para los visitantes) y el marcador era realmente exiguo. Pobre espectáculo, pero no carente de emoción. Los visitantes no echaban la toalla. De la mano de un Rodrigo San Miguel desplegando su juego total (9 puntos, 3 rebotes y 7 asistencias), los manresanos se metieron en el partido en la segunda parte. Primero lo igualaron y más tarde lograron ponerse por delante. Con un pírrico 52-54 en el marcador se llegaba a los últimos segundos del partido. Slokar anotaba una canasta que ponía definitivamente punto y final al partido, pero el trío arbitral anulaba la canasta por considerarla fuera de tiempo. Una decisión polémica que le dio vida a Baloncesto Fuenlabrada. Con 5 segundos por delante, los locales se fueron a por el milagro. No se veía nada claro lo que hacer en esa última posesión. Fue entonces cuando llegó la canasta imposible de Kristaps Valters, practicamente con el tiempo agotado, desde más de 8 metros y con varios defensores encima. Explosión de alegría para el público local y una mala racha ante Assignia Manresa que se daba por finalizada.

En el plano invidual, además de los 12 puntos de Valters, en los locales brilló con luz propia la pareja interior Mainoldi (14 puntos y 6 rebotes) – Ayón (12 puntos y 11 rebotes). En Manresa, además del ya mencionado San Miguel, buena nota para Uros Slokar (13 puntos y 8 rebotes).