Comencemos Víctor, toda una vida en el Pamesa Valencia. Hoy en día, con el profesionalismo que hay, es muy difícil que un jugador pueda estar toda su vida en un mismo club y, más aún, en el club de su ciudad.

Sí, la verdad es que es bastante complicado. Conozco muy pocos casos en la liga ACB en los que un jugador de la cantera pueda estar tantos años. Sólo conozco el caso de Carlos Jiménez que también está muchos años en Estudiantes y, a lo mejor, Azofra. Es verdad que es difícil pero también dice mucho a favor del jugador, que el club cuente contigo y que el jugador responda.

En concreto, ¿cómo empezaste tú en esto del baloncesto?

Pues bueno, lo típico, en el colegio era uno de los más altos y me apuntaron. La verdad es que a mi el deporte en general me gusta mucho y empecé a hacer deporte y a jugar a baloncesto. Al final me enganché y, a partir de ahí, unas pruebas en el Pamesa en las que me cogieron y hasta hoy.

Cuéntanos un poquito más las pruebas con Pamesa. ¿Cómo sucedió aquello?

Simplemente me presenté a una “operación altura” y, bueno, Pepe Vilanova, que en aquel momento estaba haciendo las pruebas, se fijó en mi y me cogieron y, a partir de ahí, como decía, desde los trece años toda mi vida vinculado a Pamesa.

En esos momentos, ¿los estudios en qué plano de tu vida quedaron?

Siempre he compaginado estudios con mi carrera. He hecho hasta tercero de derecho, lo que pasa que cuando empezamos a jugar competiciones europeas, que son dos partidos por semana, me restaba mucho tiempo a los estudios y las ganas ya no eran las mismas.

A lo largo de toda tu carrera en Valencia has coincidido con muchos jugadores y entrenadores, ¿qué recuerdos guardas de toda esta gente?

Recuerdos muy buenos, por supuesto. He compartido vestuario con mucha gente de muchos países y la verdad es que aquí en Valencia hemos tenido mucha suerte porque, aparte de ser grandes jugadores, todos han sido grandes personas. Como es el caso de, en mis principios, ‘Indio’ Díaz, Salva Díez, Juan Carlos Barros,… y luego con Nacho Rodilla, Berni Álvarez, Johnny Rogers,… No sé, en general mucha gente con la que he tenido la suerte de compartir pista, y mesa también.

Cuéntanos ahora esa anécdota del principio de tu carrera que no has contado nunca y que ahora ya se puede contar…

Hay muchas anécdotas, sobre todo en los viajes que es cuando más cosas te pasan. Hubo una muy divertida con Tim Breaux: Intentamos confundirle con el castellano y el inglés y le dijimos que aquí se saludaba diciendo “viva el alcalde” en lugar de “hola” y adiós”. Cuando se enteró, a los dos meses, el mosqueo le duró algunos minutos.

Volviendo a la actualidad, ¿cómo está el Pamesa y cómo ves tu presente y tu futuro en el club?

Yo creo que el equipo ahora está bien. Está en una dinámica positiva aunque tenemos que ser más regulares tras un inicio muy irregular con tanta lesión. Pero bueno, a medida que hemos ido recuperando a los lesionados estamos cogiendo el tono al que debe estar Pamesa. A nivel particular creo que me queda mucho que dar y mucho que ofrecer. Tengo 30 años y estoy en lo mejor de mi carrera deportiva, así que espero estar durante muchos años aquí vinculado a Pamesa y dando todo lo mejor.

Para acabar, ¿qué consejo le darías a la gente joven que, como tú, un día puede decidir probar esto del baloncesto?

Simplemente que se diviertan con lo que hacen, ya sea baloncesto o cualquier otro deporte. Sobre todo que te diviertas y ser competitivo. Creo que esas son dos premisas fundamentales a la hora de practicar algún deporte y de intentar llegar lejos en él.

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