Dicen que cuando un lobo está herido, solo él puede curar sus lesiones. No hay nada que los demas puedan hacer si él no está dispuesto a recuperarse. Hoy en el Palau se enfrentaron dos lobos heridos. Dos equipos que vienen de quedar eliminador de la Euroliga. El Barça en manos de Efes, mientras que el Baskonia tuvo como verdugo al CSKA.

La batalla de bestias comenzó con un escudero por bando. Hanga dió la cara por los culés y Shields por los vascos. Todo esto en un contexto de un Palau aún resacoso de la reciente derrota ante Efes, pero que no por eso dejó de alentar a los suyos. Con la baja de último momento de Ante Tomic, fue Seraphin quien ocupo su puesto en el quinteto inicial.

El francés salió a domar. Tal vez por esa rivalidad con su compatriota Poirier, o simplemente por el hecho de estar recuperando sensaciones tras mucho tiempo parado. La regularidad no es lo suyo, pero su calidad sigue intacta.

Para la calidad, jugadores sobran, comenzando por Kyle Kuric. El día que no son los tiros, es su movimiento sin balón. o simplemente su presencia en pista lo que condiciona a la defensa rival a estar pendiente de él en todo momento. El Baskonia siguió haciendo daño gracias a un bloqueo indirecto entre Poirier y Shields al que el Barça no encontró el antídoto. Los lobos se relamían sus heridas, pero ya comenzaban a mirar de reojo  a una nueva batalla.

Otro que también venía herido, pero parece estar recuperando su nivel de cara al final de temporada es Shengelia. El georgiano se llevó los gritos incluso de algunos aficionados blaugranas por una jugada de talento puro ante Oriola en la que dejó casi por suelos al de Tárrega.

 

Pero Toko no se quedó con esto, ni mucho menos. Lo utilizó de impulso anímico para castigar desde el 1 vs 1 a Singleton y Smits. Su portento físico le hizo sacar ventajas de lugares donde no las había para poder comenzar a romper con la defensa de los culés.

Ante los problemas de faltas de Seraphin, Poirier comenzó a ser un inconveniente para los culés. Sus continuaciones de pick&roll eran cada vez más letales y su portento físico destacaba ante un jugador más pequeño como Oriola. Pero además al Baskonia le comenzaron a entrar los triples, con un Hilliard bastante acertado y cada vez más adaptado a lo que le pide Perasovic.

 

Los de Pesic iban a tener tiempo para un empujón más. Como siempre, gracias a la defensa, que logró enchufar a un Palau bastante apagado gracias al aliento de Oriola, la garra de Hanga y el talento de Heurtel.

 

Pero no fue suficiente. El Baskonia supo cerrar mejor el encuentro gracias a sus hombres de calidad. Los que habían estado aportando durante todo el encuentro. Shengelia y Shields decidieron que los suyos se volverían a casa con una victoria por  y dejando el liderato de la Liga en Jaque Mate.

Durante los úlitmos minutos donde el Barça apretó, la gente volvió a involucrarse con el equipo. La manada le demostró a los lobos que no están solos, y que cuando están heridos pueden acudir a casa, donde siempre serán bien recibidos.