Llegaba al Fontes do Sar el favorito a todo e imbatido en este inicio de temporada. A pesar de que Sergio Llull no era de la partida, si una cosa ha demostrado este Real Madrid es que va sobrado tenga las bajas que tenga. Pero Monbus Obradoiro lo recibía con la intención de pelear la victoria con sus armas y salió a la cancha centrado en frenar el caudal ofensivo habitual de los blancos. Pablo Laso emparejó en defensa a Walter Tavares con Nacho LLovet, en una decisión muy acertada ya que obligaba al bravo jugador obradoirista a alejarse de la canasta y perder efectividad (0 de 2 en triples).
El partido comenzó con muy poco acierto de dos equipos con mucha capacidad anotadora, con un 5 a 6 a mediados del primer cuarto, motivado por el 0 de 7 en triples de los locales y del desacertado inicio de Anthony Randolph por los visitantes. Pero a partir de ese momento ya afloró la calidad de ambos contendientes, especialmente en un espectacular duelo Randolph (8 puntos) contra Brodziansky (6). Más sorprendente fue el protagonismo ofensivo que tomó un ovacionado en la presentación Santi Yusta. El ex obradoirista anotó 7 puntos, manteniendo también una bonita batallas con Kostas Vasileiaidis que metió 8, abriendo la lata de los triples con 2. Campazzo establecía la máxima diferencia en 10 puntos con 3 tiros libres, pero gracias a un triple de Obst en la última jugada, el resultado era de 19 a 26 al final de estos primeros diez minutos.
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El segundo cuarto comenzó con dos tiros libres anotados por Brodziansky, pero a partir de ahí el Madrid inflingió un parcial de 12 a 0, aprovechando muy bien varias decisiones que calentaron al público como una antideportiva a Singler, gracias a la cual los blancos anotaron 5 puntos, al igual que en la pitada a Brodziansky en la primera parte. Singler rompía el parcial con una penetración pero Obradoiro entraba en bonus cuando solo llevábamos 4 minutos de juego. Con tiros libres y con un Carroll que ya había calentado su muñeca y anotaba su segundo triple, los blancos se ponían 20 arriba y daba la sensación de que el partido se acababa. Pero entonces Andreas Obst entró en ebullición y con 8 puntos casi consecutivos, incluidos dos triples, acercó a 12 a los gallegos. Entre Carroll y Causeur volvieron a ampliar la ventaja y gracias a un mate de Deck se fueron al descanso 17 arriba (36-53).
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Tras el descanso Obradoiro lo intentaba con Llovet y Singler siendo más incisivos, pero entre Tavares y Causeur volvían a poner los 20 de diferencia. Los gallegos luchaban y lo intentaban pero era un quiero y no puedo ante un rival muy superior. El tercer cuarto fue igualado con un 16 a 18, pero cada vez que parecía que el equipo de Moncho Fernández podía entrar en una buena racha, los blancos lo cortaba o bien con buenas acciones ofensivas o defensivas.
El último cuarto sirvió para que la afición de A Caldeira do Sar mostrase a su equipo que está con ellos a pesar de la diferencia en el marcador, para mostrar su descontento con los árbitros por la diferencia de faltas y para que Kendall Stephens pudiera mostrar su buena mano en el triple. El Obra luchó y redujo diferencias pero su rival de hoy era inabordable.