Casademont Zaragoza y Club Joventut Badalona se enfrentaban en un partido donde ambos conjuntos llegaban con una gran dinámica en la competición local y pelearían por que así continuasen al final de este.

Primer cuarto donde ambos equipos comenzaban atacando intentando explotar sus puntos fuertes, tanto el juego basado en las penetraciones de los maños como el lanzamiento exterior por parte de los visitantes y durante los primeros instantes de partido ya se alzaban tanto Seeley como Prepelic como primeras espadas de sus equipos y querían el protagonismo en todo momento, además, para más inri, ambos jugadores estaban siendo defendidos entre sí. El gran acierto de los pupilos de Carles Duran les hacía marcharse al final del primer cuarto con una ligera ventaja en el marcador, siendo que ambos conjuntos parecían querer un partido abierto y liderado por los ataques (19-24).

Al parecer esa dinámica de ataques frenéticos y sin descanso que parecía proponer el partido no era muy del agrado de Porfi Fisac, ya que veríamos una defensa mucho más agresiva por parte de los locales para reducir la producción ofensiva del conjunto verdinegro y llegarían incluso a ponerse ligeramente por delante en el marcador. Conforme transcurrían los minutos, esa eficacia de la defensa maña comenzaba a decaer y en los últimos minutos del cuarto veríamos de nuevo la mejor imagen de los visitantes, que volvían a poder anotar fácilmente y lograban así aumentar la ventaja cosechada y poner la diferencia al descanso en 7 puntos (40-47).

La salida de vestuarios nos traería un cuarto que, de no ser por el cambio de dirección de los ataques, podríamos creernos que se trataba del anteriormente jugado. Casademont Zaragoza volvía a remontar el partido gracias a esa defensa que había mostrado anteriormente y parecía que podía instaurar un ritmo de partido más ajustado y con menos anotaciones, pero la alegría duraría poco para los rojillos, ya que, aunque la defensa sobre Prepelic parecía ser más efectiva que anteriormente, sus compañeros salían al rescate del equipo para igualar el parcial y poder marcharse a los diez últimos minutos reglamentarios con una pequeña renta en su haber (61-69).

Y es que cuando se habla de que los maños son cabezotas parece ser que no es solo un decir, porque de nuevo remaban a través de la defensa y de los robos de balón para poder forzar un empate en el electrónico (76-76) que les pudiese meter definitivamente en el partido. En ese momento el partido se convirtió en un campo de batalla donde ambos equipos se volcaron en ataque y querían ganar el partido a toda costa anotando. Cuando el intercambio de golpes parecía que podría llegar a su final a falta de menos de minuto y medio con un 2+1 de Javier Justiz, el colegiado principal señalizaba falta en ataque, a diferencia que su compañero, lo que conllevaría a la posterior expulsión del cubano en la siguiente jugada. Con el marcador apretado y empatado a falta de 4 segundos, Robin Benzing cometía una falta sobre López-Aróstegui que pondría sobre el marcador el 90-92 final, dado que Casademont Zaragoza fallaría los 4 tiros libres finales de los que disponía.