Partido trampa el que se disputaba en el Palacio de los Deportes. El Asefa Estudiantes parecía anticipar una victoria fácil ante un Blancos de Rueda Valladolid lastrado por las marchas de Hunter y Renfroe. Pero nada más lejos de la realidad. El 0-7 de parcial con el que salieron los pucelanos demostraba que habían ido a Madrid a por el partido.

Y es que el corazón y la casta a veces pueden suplir todo lo demás. Hoy los chicos de Roberto González han dado toda una lección de ello. Con una rotación de, prácticamente, ocho hombres, incluyendo al recién incorporado Porta, que ha jugado sin nombre en la camiseta, han peleado cada balón, han buscado el aro, han desplegado un juego vertical que ha descolocado a sus rivales, que no han encontrado su salvación habitual en Carl English. El canadiense hoy, pese a no soltar el balón, ha estado fallón, y más pendiente de protestar que de anotar.

Al descanso el marcador reflejaba un 32-39 que se les quedaba corto a los visitantes. Germán Gabriel ejerció de capitán y, reuniendo a sus compañeros, los aleccionó antes de la segunda mitad. El propio caraqueño se echaba a los suyos a las espaldas al volver de vestuarios y hacía renacer las esperanzas de los colegiales. Pero la dupla formada por Nacho Martín y Grimau mantenía por delante a los castellanos.

Gracias al buen hacer en el cuarto final de Daniel Clark se llegaba al último minuto con opciones para ambos conjuntos, un empate a 75 que lo dejaba todo por decidir. El omnipresente O'Leary forzaba una falta y ponía a los suyos dos arriba. En la siguiente jugada, Granger embestía contra la defensa y perdía el balón. Otra falta sobre O'Leary daba dos nuevos tiros al norteamericano, que esta vez fallaba. Carl English daba la réplica desde el 4,60. No obstante, cuando el empate a 77 parecía definitivo, un triplazo de Grimau decidía el partido, aunque Gabriel tuvo tiro para forzar la prórroga.