Ambiente de gala en el Palacio para afrontar el último paso en la escalada colegial para evitar el histórico descenso.

Y de gala fue el inicio del choque que los locales pretendían ganar de más de 13 puntos, y esperar resultados. El primer cuarto con ventajas locales y extremo acierto exterior, se cerró 22-23, con apenas dos puntos en conjunto desde el tiro libre, el resto triples. Murcia aguantaba con su quinteto de lujo (Miso-Douby-Udoka-Barlow-Augustine), mientras que Poch rotaba algo más el banquillo. Kirksay el mejor de los azules, aportación coral pimentonera.

Goya apretaba y los de Quintana se mantenían gracias a Augustine. Su aportación directa (puntos, rebotes, etc.), como los desequilibrios que generaba, eran suficientes para competir.

De hecho, cuando el poste fue al banco, Asefa Estudiantes aprovechó. Con Rodrigo de fuera a dentro y la defensa de Deane, llegó un 49-42 que junto a la victoria parcial del CAI, daban esperanzas a la grada. Augustine y Douby, lo mejor de un UCAM que no parecía rentabilizar la superioridad de Barlow al poste.

Y tras el paso por vestuarios, Estudiantes tuvo la última bala tras toda su historia en la élite del baloncesto español junto a Real Madrid y Joventut de Badalona.

De la mano de un móvil Lofton llegó a estar once arriba. Lo tuvo cerca, pero no supo rematar ni mantener las ventajas.El excolegial Miso, un gran Barlow, y el omnipresente Augustine tiraban de Murcia (68-61). Y los del Ramiro seguían creyendo mientras CAI soñaba aún con el Playoff.

Pero las noticias de Santiago ya no eran buenas y un triple de Barlow puso al UCAM arriba 72-73. 

A partir de ahí, Estudiantes , consciente de la situación, deambuló por la cancha gracias al aliento de la grada, tensión y nervios.

No había nada que hacer, pero se siguió intentando luchar por el partido sin éxito (80-86).

Germán, el mejor colegial, lo intentó de todas las maneras ante el MVP Augustine. El interior estadounidense, puso una vez más de manifiesto, y en el día más decisivo, la evidente falta de cinco en los locales durante toda la temporada.

Lofton, Deane, De la Fuente, Kirksay, Bullock. Todos ellos jugadores exteriores y llegados con la temporada comenzada. 

Mientras, Simmons –el fichado como cinco titular colegial con contrato de dos años- veía el dramático descenso desde el banquillo.

Murcia es ACB, y se salva en la última jornada a pesar de la inversión de Carabante y contar con un quinteto de primer nivel.

Estudiantes pierde en la cancha lo que conservó desde el inicio de la competición, la categoría.

Es la crónica de una muerte anunciada, tras la suma de innumerables decisiones erróneas.

En la temporada del retorno a los “orígenes” con Pepu al mando, Estudiantes da con sus huesos donde nunca estuvo: en la segunda categoría del baloncesto español.

Un resultado que podría haber llegado semanas atrás tras la calamitosa planificación, y que de la mano de Poch en la banda y con el empuje de Kirksay en cancha, se ha conseguido postergar hasta la última jornada de liga. Estudiantes se entregó. Pero no fue suficiente.

Y entre la novedad del descenso, y la alegría murciana, se despide del baloncesto uno de los mayores ejemplos de profesionalidad del baloncesto español: Carlos Jiménez.

El de Carabanchel cierra su carrera con 3 puntos y 8 rebotes. Pero quienes hayan visto el choque habrán percibido el valor y la entrega del hombre de los intangibles, un ejemplo de jugador de equipo, de profesionalidad, de entrega en la cancha. Un tipo sin el que Estudiantes habría sido equipo LEB mucho antes. Grande Carlos.

Y en la tarde de mayor ambiente baloncestístico en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid desde su reinauguración, la liga ACB-ENDESA pierde a uno de sus tres históricos, Estudiantes.

Que demostró de nuevo, tener en la grada su mayor y más preciado activo.