Un derbi siempre es un lindo partido, y no por el juego en sí, sino por las sensaciones, las emociones y el clima que se respira. La pasión del equipo manresano aferrado ya a la Liga Endesa y en busca del pase a playoffs, contra unos blaugranas que venían de consagrar su 5ª plaza en Euroliga.
Aunque además del ambiente, también hubo buen juego, y de sobras. Joan Peñarroya tenía muy claro que anular a Tomic podía ser fundamental, y por eso intentó negarle los balones al poste bajo, defendiendo por delante estas situaciones. También buscaron defenderlo dos contra uno cuando el capitán culé recibía de espaldas al aro.
Sin embargo, Pesic no dudo en cambiar su plan de partido, ya que los triples comenzaron a entrar, y de qué forma. Con Singleton abriendo la pista, el Barça entró más espacios para penetrar y doblar. El estadounidense tomó confianza rápdio y se fue hasta los 12 puntos gracias a 4 triples sin fallo en el primer cuarto.
Este buen pasar de Singleton propulsó al Barça a adueñarse del partido. Además de su habitual trituradora defensiva y su compromiso con el rebote, hoy el ataque funciono cual reloj suizo. Ayudados por la gran efectividad en el tiro, el conjunto culé marcó el ritmo del partido con Heurtel, Singleton, Kuric, Ribas, Oriola y Pustovyi anotando en dobles dígitos.
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— Basket en Movistar+ (@MovistarBasket) 31 de marzo de 2019
Afuera de la pista, se seguía jugando otro partido, el de las hinchadas, el de las animaciones y, sobre todo, el del público, que fue testigo de un partido brillante por parte de los culés. Mucha gente se desplazó desde Manresa para ver el choque entre los catalanes y así lo hicieron sentir en lo más alto del Palau. Ante los Dracs, una (sana) guerra por ver quién grita más, quién alienta más. Un duelo de aficiones en toda regla, de lo más bonito que tiene este deporte.
En el campo, todo siguió igual. Los blaugranas siguieron con su vendaval ofensivo, aunque sin descuidar nunca la defensa, la base de su éxito. Y Pesic, muchas veces criticado por sus cortas rotaciones , hoy hizo jugar a todos, incluído el juvenil Aleix Font, que debutó de forma oficial con el primer equipo del Barça y demostró que está listo para competir en el más alto nivel. anotando 7 puntos en poco más de 6 minutos en pista.
Un partido que a priori parecía duro, termino siendo un festín para los blaugranas. Y no porque lo hayan ganado, sino por la forma en que lo hicieron. Ejecutando a la perfección y sabiendo adaptarse a lo que planteó el conjunto manresano, pero sobre todo defendienndo de forma insaciable. (107-71)
El público aplaudió y vibró junto a los jugadores. En definitiva, el Palau fue una fiesta, una de esas de las que uno no quiere irse, que quiere que sean eternas. Una victoria con sabor a éxtasis.