Firmaba hoy la primera canasta de un partido con aliciente extra como el retorno de dos nombres propios con paso breve por Fuenlabrada esta campaña, Siim-Sader Vene y Agustí Julbé ( ni siquiera llegaron a coincidir), Christian Eyenga. Anecdótico, pues quien se hacía con las riendas del partido desde el arranque era Gran Canaria, principalmente gracias a un Jacob Wiley que empezó con más intensidad que el resto y que encontró facilidades para sumar sus primeros puntos en cortes y continuaciones agresivas hacia el aro ante un Kravtsov que sufrió corriendo hacia atrás. Los visitantes establecieron un primer colchón de 6 tantos (6-12) ante un Fuenlabrada que, como contra Valencia, se mostró otra vez errático en el tiro en los primeros minutos. Sería el momento en el que aparecería por primera vez en el partido el mejor anotador de Fuenlabrada, un Luka Rupnik que repitió el rol que llevó a cabo en Zaragoza la pasada semana. Los locales empataban el encuentro por escasos segundos antes de que de nuevo Wiley pusiera en ventaja a Gran Canaria sumando su noveno tanto (anotaría 13 hoy). Al interior norteamericano se sumarían después Eriksson, con sus dos primeros triples y un Balvin que ya dio muestras de que iba a ser un quebradero de cabeza para la pintura local con sus centímetros.

Gran Canaria se marchaba con una ventaja corta al segundo cuarto, el mejor que dio Fuenlabrada hoy. De la mano de su defensa y de las apariciones de Marc García, que sumaría 6 de sus 8 tantos en estos minutos y Maurice Kemp, que anotaría otros 6 puntos y al que le tocaba asumir un puesto de ‘4’ que ya casi no volvería a soltar después de que O’Leary se retirara del parqué con fiebre, Fuenlabrada sumó un parcial de 17-7 que le colocó en su máxima renta hoy (37-31). Una canasta de 2 de Eriksson precedería a unos segundos de precipitación y poca precisión en el acierto por ambos conjuntos del que terminó saliendo beneficiado un Gran Canaria que consiguió acabar con “el momento” de Fuenlabrada. Balvin de nuevo bajo el aro y dos acciones consecutivas de Vene, muy activo en esos minutos tantos en las continuaciones como en las puertas atrás volvieron a colocar a Gran Canaria al mando del electrónico, posición que ya no soltarían hasta el final del partido.
Del túnel de vestuarios quien salió beneficiado fue Gran Canaria, que através de Wiley y de Rabaseda amplió los 3 de renta con los que se hbía marchado al descanso, pero ninguno de los dos conjuntos brillaría especialmente en un cuarto repleto de errores y pérdidas especialmente en su primer mitad. Con tantos errores, esos pocos aciertos de Gran Canaria tomaron especial peso, pudieon distanciarse ya hasta 8 tantos por encima de un Fuenlabrada que apenas sumaba 6 puntos en 6 minutos. Recurría Cuspinera entonces al triple base en el exterior, compartiendo minutos Rowland, Rupnik y Bellas y dándole algo de espacio a unos ataques que llevaban muchos minutos con pocas ideas y alternativas. Sumaría el base esloveno 9 puntos en el tercer cuarto y Eyenga otros 6 frente a una anotación más repartida en Gran Canaria, con 4 tantos para Eriksson, 4 para Wiley o 5 para Balvin.

Los primeros minutos del último período no harían presagiar el desenlace apretado que se terminaría viviendo. Principalmente porque Gran Canaria, que se había marchado solo 4 arriba al final del tercer cuarto, volvió a ampliar sus ventajas esta vez incluso hasta los 10 tantos con las apariciones de las suspensiones de Hannah, que había estado bastante desacertado en los 30 minutos anteriores (solo sumaba 2 tantos) y un Tillie que viviría su mejor cuarto, sumando hasta 9 tantos, todos ellos desde el triple. Precisamente el francés sería clave en lo inmediatamente posterior. Y lo inmediatamente posterior fue una reacción de Fuenlabrada, que consiguió enlazar dos buenas defensas a dos aciertos desde el triple de Rupnik, dejando el partido en 4 tantos otra vez y al público encendido. Pedro Martínez se propuso entonces apagar ese ánimo local con un tiempo muerto del que Gran Canaria salió con las ideas claras, planteando otra vez la defensa sin espacios que había ejecutado hasta el momento y ejecutando después a la contra rápido en las manos de Eriksson y Tillie. Así llegaría un parcial de 1-8 que dejó a Fuenlabrada en la mayor desventaja del partido (87-75). No había dicho su última palabra Fuenlabrada, que, viéndose en una posición de desventaja abultada no tuvo más remedio que ejecutar rápido sus ataques, encontrando, esta vez sí, más ciertos que nunca. Llegaron a anotar los locales 5 triples, frente a los 4 que habían conseguido en los 30 minutos anteriores, ahora de la mano de Bellas, Cruz y Rupnik. El partido volvió a quedar en 4 puntos (88-92) cuando, a 12 segundos, el trio arbitral señalaba posesión para Fuenlabrada después de que Bellas apretara en el saque a Balvin para finalmente rectificar y señalar técnica del base madrileño en una acción que terminaría de desbaratar las opciones de épica de Fuenlabrada.