Los jugadores de Pablo Laso entraron en el partido con la intención de olvidar su despiste en Lugo. El alto ritmo de los blancos y la intimidación de Tavares cerca de canasta incomodaron la ofensiva murciana en los primeros compases de juego. Con Jaycee Carroll como principal amenaza, la ventaja local creció de golpe hasta el 14-4.

El tiempo muerto de Juárez mejoró la defensa sobre el escolta norteamericano y frenó el ataque madrileño. UCAM, a pesar de su escaso bagaje en pista contraria, seguía en el encuentro al finalizar el primer cuarto (18-8).  

El descanso de Walter Tavares permitiría sumar con relativa facilidad a los visitantes. La fluidez de Milton Doyle y los 9 puntos consecutivos de Alex Urtasun compensaban la aparición en el choque de Trey Thompkins (13 puntos al descanso). El ala-pívot del Real Madrid no faltó a la cita ante uno de sus rivales favoritos.

Damjan Rudez dio un respiro a los suyos desde el 6.75, manteniendo la renta merengue por debajo de la barrera de los 10 puntos (34-26). Hasta que Tavares regresó al parqué y sembró el miedo en la zona pimentonera. El de Cabo Verde abusó sin piedad de un imberbe Emanuel Cate y redujo la inquietud de su equipo en el paso por vestuarios (42-30).

En la reanudación, el empeño de Ovie Soko en ambos lados de la cancha hacía soñar a los universitarios (47-42). El inglés fue capaz de encontrar una grieta en las prestaciones de Tavares, que regresó al banquillo tras cometer su tercera falta personal.

El Real Madrid debía igualar la intensidad defensiva de Murcia si quería evitar un final apretado. El ejemplo de Campazzo no terminaba de contagiar a sus compañeros. Ni siquiera los puntos de Thompkins eran suficientes para desactivar la solidez de Urtasun o el acierto de la dupla Rudez-Booker. El último periodo dictaría sentencia (58-56).

UCAM hurgó en la herida al encontrar la cuarta falta de Walter Tavares en el primer minuto de juego. Dos canastas consecutivas de Askia Booker voltearon el marcador (61-63). La batalla se abría de manera inevitable.  El base de Inglewood, autor de 18 tantos, encontró de golpe un filón a campo abierto que castigaba una y otra vez el modelo defensivo de Pablo Laso (63-67).

Facundo Campazzo mostró una vez más el camino, imprimiendo todo su carácter a la defensa local. Con Tavares de nuevo en pista, el Madrid respiraba a falta de poco más de 2 minutos para el final (67-67). Pero el coloso africano, incapaz de contener a Soko y Delía en el rebote, hacía aguas por los costados. No tardaría en hundirse definitivamente tras cometer la quinta personal (72-72).

El talento del Real Madrid castigaría entonces los errores visitantes desde el 4.60. Sergio Llull se inventó uno de sus lanzamientos imposibles y dinamitó la moral murciana, que terminó cediendo ante el oficio de Felipe Reyes. El capitán blanco capturó su propio rechace tras tiro libre y mandó el partido a la lona (80-74). La fe incombustible de UCAM Murcia había rozado un año más la proeza en el WiZink Center.