El acierto exterior de ambos conjuntos marcaría el inicio de partido. Booker y Vildoza serían los primeros en intercambiar golpes desde más allá del arco (8-10). Pero el equilibrio no tardaría en desvanecerse. Las pérdidas y las dificultades para frenar el poderío interior de los visitantes limitaron las opciones de UCAM Murcia (8-16).

El enfado de Sito Alonso crecía ante la falta de intensidad de su equipo; el colapso afectó incluso al porcentaje de tres puntos (10-22). El técnico madrileño se vio obligado a sustituir a 4 jugadores de una tacada. La apuesta dio resultado. A pesar de que Baskonia mantenía su ventaja al finalizar el primer cuarto (16-24), el debut de Manu Lecomte y la lucha en el rebote de Dino Radoncic revertían la dinámica del choque.

La defensa pimentonera dio entonces un paso adelante, suficiente para frenar el ataque vitoriano (22-24). No tardaría en recuperar fluidez el estable modelo de Velimir Perasovic. Darrun Hilliard (18 puntos) sería el primero en aprovechar el memorizado sistema vasco (24-34). Le siguió la versatilidad de Johannes Voigtmann, que sumó 8 tantos consecutivos y amenazó con abrir una brecha irrecuperable. Los universitarios, a pesar de sus problemas en el rebote defensivo, mantuvieron el aliento antes del descanso gracias a un nuevo acelerón desde el perímetro y al esfuerzo de Emanuel Cate (9 capturas y 3 tapones). 38-43.

En la reanudación, Voigtmann asumiría una vez más el liderazgo ofensivo de Kirolbet Baskonia. Su capacidad para anotar desde casi cualquier distancia castigaba la desidia murciana. Con la renta foránea superando la barrera de los 10 puntos (38-42), la cuarta falta personal de Askia Booker acercaba la victoria a los de Perasovic. Su oficio desactivó el ritmo de juego en los últimos minutos del tercer cuarto y mantuvo adormecida a una grada más fría de lo habitual. Ni siquiera el triple de Ovie Soko sobre la bocina parecía otorgar esperanzas a los locales (55-66).

El conjunto vitoriano continuó explotando a la carrera las pérdidas de UCAM Murcia. Hasta 25 sumaron los hombres de Sito Alonso, una carga insostenible ante un enemigo pleno de confianza (55-71). La batalla agonizó sin sobresaltos gracias a la constancia de los vascos (75-86).