Las dos principales revelaciones de la pasada campaña se medían en el pabellón Príncipe Felipe con una necesidad imperiosa de victorias ambos, pero si bien Casademont Zaragoza lo haría para poder mantener la tercera plaza una semana más, Baxi Manresa se veía necesitado de victorias para poder salir de la zona de descenso.

El inicio de partido iba a comenzar con un ritmo de juego muy alto y muy activo, pero con un gran número de fallos en ataque de ambos conjuntos, lo que provocaba que muchas posesiones fuesen en saco roto y no sumasen nada a sus marcadores. Poco a poco el primer cuarto fue embarrándose, volviéndose más y más físico y donde los ataques bajaron el ritmo, pero siguieron con un muy mal nivel de acierto. A consecuencia de esto el electrónico reflejaba un 15 a 14 al finalizar el periodo.

Empezaba el segundo cuarto de forma muy eléctrica para Casademont Zaragoza, que a base de robar balones y salir al contraataque ponía una diferencia de 8 puntos en el marcador, algo que Pedro Martínez no dudaría ni un instante en parar con un tiempo muerto. Como si del druida Panoramix se tratase y les diese de beber de su marmita en el banquillo, la salida a pista de los jugadores visitantes iba a ser un contrapunto total a lo mostrado en todo el encuentro. Empezaron a entrar los tiros de 3 que no habían conseguido en el primer periodo, encontraban a los interiores en buenas posiciones y habían cortocircuitado el movimiento de balón local, por lo que no sólo igualaban el marcador, sino que poco a poco comenzaban a poner ventaja de por medio en este. Los zaragozanos parecían estar sin ideas y noqueados ante el acierto manresano, lo que provocaba que la ventaja de estos al final del cuarto fuese de 14 puntos y con una dinámica muy distinta entre ambos conjuntos a su llegada a los vestuarios (35-49).

Como ya pasase en el anterior cuarto, el inicio de Casademont Zaragoza de este cuarto era muy prometedor para sus intereses, llegando a reducir la diferencia a tan solo 4 puntos gracias de nuevo a cortar las vías de anotación visitantes y a poder de nuevo correr la cancha en transición, donde Dylan Ennis se encontraba como pez en el agua. El problema que los maños tenían era Jordan Sakho, que se encontraba a un nivel imperial bajo los tableros y que no encontraba rival alguno en la zona, además de que se le sumaba William Magarity desde el triple para volver a poner la diferencia entorno a la decena y llegaban al último periodo con el partido abierto, pero con ambos equipos sabiendo como deberían jugarlo para sus intereses (55-65).

Volvemos a la esa guerra de trincheras, ese juego físico y empantanado al inicio del último cuarto que paraba el ritmo rápido de juego y se empezaría a cobrar bajas en ambos bandos: Javier Justiz era eliminado por faltas, mientras que Frankie Ferrari era baja por lesión y al final Luke Nelson abandonaba el parqué por realizar dos antideportivas. Esas bajas en el juego exterior manresano parecían hacerles mucho daño y poco a poco se aprovechaban los locales para poner prácticamente el empate en el electrónico a falta todavía de 5 minutos. Con un juego interior mermado por la falta de un pívot claro con el que jugar en el último cuarto, Porfi Fisac optaba por alinear a Brussino, Benzing y Barreiro juntos en cancha, además de San Miguel y Ennis, para jugar con un equipo muy abierto y rápido y ver si a partir de ahí podían hacer daño a Baxi Manresa, que con paciencia seguían pudiendo anotar para mantenerse por delante en el partido. En los últimos minutos la BBB zaragozana optó por ponerse la capa de superhéroe cada uno en su faceta y darle la vuelta al partido: Benzing anotando desde donde se proponía, Barreiro siendo un muro defensivo y Brussino siendo una navaja multiusos, que lo mismo robaba algún balón que anotaba ante su defensor. Ese último estirón de Casademont Zaragoza fue demasiado para un Baxi Manresa que vio como el partido se les escapaba en los últimos instantes tras ir la mayor parte de este por delante y lo que dejaba la séptima victoria de la temporada en el feudo rojillo por 86 a 79.